En comunidades rurales, 70 por ciento de los niños de primaria desayuna con refresco, mientras que 80 por ciento de los adolescentes acompaña la comida con esta bebida, de acuerdo con un estudio de la organización El Poder del Consumidor (EPC).
La investigación revela que sólo 26 por ciento de los niños de primaria acompaña su almuerzo con leche, mientras que en el nivel secundaria 60 por ciento de los menores toma refresco en el desayuno, contra 40 por ciento que aún bebe leche.
“En las familias más pobres del país el consumo de refrescos se ha incrementado en 60 por ciento, y en las más ricas en 45 por ciento en los últimos 14 años. Y lo más dramático: el consumo de frutas y verduras bajó en un 30 por ciento en ese periodo”, cita la investigación Impacto de la presencia de comida chatarra en los hábitos alimenticios de niños y adolescentes en comunidades indígenas-campesinas de la región Centro-Montaña Guerrero, realizada en 2010, en colaboración con el Grupo de Estudios Ambientales A.C y Oxfam México.
Xaviera Cabada, coordinadora de salud nutricional de El Poder del Consumidor, afirmó que han identificado que es justo en las comunidades rurales del país donde más se está consumiendo refresco, situación que afecta principalmente a los niños, dijo, por el alto consumo de azúcar.
“Un solo refresco contiene entre siete y 12 cucharadas cafeteras de azúcar, dependiendo del tamaño, es decir, que estamos consumiendo de cuatro a cinco veces más azúcar de lo que deberíamos de estar consumiendo para todo el día. ¿Qué implica esto? Que ya está directamente asociado con la obesidad, pero no sólo eso, sino también con el síndrome metabólico y diabetes”, advirtió la experta tras recordar que para la Asociación Mexicana del Corazón, el consumo máximo tolerable de azúcar en niños es no más de cuatro cucharadas por día.
Según la investigación coordinada por Cabada, la mayoría de los niños en las comunidades rurales están consumiendo refresco en ayunas o de plano, sólo toman eso antes de ir a la escuela.
Además, agrega, el 59 por ciento de los niños de primaria consumen refresco tres o más veces al día, porcentaje que disminuye al 52 por ciento en los niños de secundaria y hasta el 23 por ciento en los que van a la preparatoria.
“Esto es alarmante, ya que son los más pequeños quienes están consumiendo la mayor cantidad de refresco. La edad promedio de los niños de primaria fue de ocho años”, precisa el reporte.
El investigador del Instituto Nacional de Nutrición, Marcos Arana Cedeño, aseguró que los refrescos tienen “un precio más bajo en las comunidades indígenas en un 35 por ciento en promedio”, que los precios en los cuales se expenden en las zonas urbanas.
En un video presentado ayer por El Poder del Consumidor se advierte sobre el caso de Chiapas, donde de hecho se puede ver que la bienvenida a comunidades está en anuncios públicos que tienen forma de botellas de refresco y publicidad en lengua indígena.
“Esto no beneficia a la población, esto es una forma no ética de promoción de este producto a la población más vulnerable”, alegó el investigador Arana.
Al respecto, Alejandro Calvillo, director de la organización, insistió en que el alto consumo de refresco está relacionado con la emergencia de la epidemia de obesidad que enfrenta México pero además “está ayudando a mantener la desnutrición entre la población porque lo que están gastando en los refrescos sería suficiente en muchos de los casos para salir de ésta.
“El gasto promedio en toda la población mexicana en refrescos es mayor a lo que gastan en frijoles o en huevo o en tortilla. Y en las comunidades rurales los datos son peores, pues ya casi toda la hidratación se está haciendo a través del refresco, y esos niveles de consumo de azúcar están destruyendo la salud de esa población”, alertó Calvillo
Se dijo preocupado, por el hecho de que ni la clase política, ni los candidatos ni los partidos, atienden las recomendaciones de los organismos internacionales, o presentan alguna propuesta para evitar el deterioro de la alimentación en México y sus consecuencias.
“Mientras tanto las empresas sí están bien organizadas, tienen millones de pesos invertidos en el cabildeo para evitar cualquier tipo de regulación que pueda afectar sus intereses”, estableció.
Coca-Cola rechaza perjuicios en salud
La empresa responde a señalamientos de la ONU; niega que el consumo de refrescos se haya duplicado; sólo creció 7% en 30 años
La directora de Comunicación Corporativa de Coca-Cola México, Soledad Izquierdo, afirmó que, con base en datos de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos (ANPRAC), en los últimos 30 años el consumo de refrescos en nuestro país apenas creció siete por ciento.
Además aseguró que las gaseosas sólo aportan un 6.6 por ciento de la ingesta calórica proveniente de bebidas a la dieta del mexicano, según se documentó en un reciente estudio publicado por The Journal of Nutritiony elaborado también por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública.
El martes pasado, el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter dijo que el “consumo de Coca-Cola entre los niños mexicanos se duplicó entre 1992 y 2002” y destacó que esto agrava los problemas de sobrepeso y diabetes en el país.
Al respecto, Soledad Izquierdo señaló que los refrescos no son la causa del sobrepeso y la obesidad que se enfrenta en México, toda vez que se trata de problemas multifactoriales que derivan de estilos de vida sedentarios, malos hábitos alimenticios, factores genéticos, metabólicos, emocionales y sociales, entre otros.
“Nosotros en Coca-Cola entendemos que esto es un problema muy complejo, que cada caloría cuenta y, por eso, llevamos adelante una serie de acciones para trabajar de manera mancomunada con los sectores públicos, la sociedad civil y otros socios en aportar soluciones a este complejo problema”, indicó en entrevista.
Destacó que la política de la compañía es no realizar publicidad dirigida a niños menores de 12 años y no pautar anuncios en horario infantil. Destacó que en 85 por ciento de los lugares donde se ofrecen refrescos también se ofrece agua.
“Nosotros no ofrecemos nuestros productos de manera proactiva en las escuelas porque estamos convencidos de que la decisión sobre lo que consumen los niños es una decisión de los padres, por lo tanto creemos en las aulas libres de publicidad y por eso llevamos adelante esta política de mercadotecnia responsable”, expuso.
Detalló que el consumo per cápita al año de las 64 marcas y 400 productos de la compañía —entre refrescos, tés, jugos y néctares, bebidas deportivas y energéticas— es de 397 botellas de 500 mililitros, y que 40 por ciento de su portafolio está compuesto por bebidas bajas o sin calorías.
En este contexto agregó que hay “muchos mitos”, en torno a la Coca-Cola, como el que sea adictiva o contenga altos niveles de cafeína, pues en 240 ml de Coca-Cola se encuentra un tercio del nivel encontrado en la misma cantidad de café.
Agregó que en una botella de esta bebida hay 150 calorías y se informa de manera transparente. “La cantidad de calorías que tienen una Coca-Cola es la misma que tiene un jugo de naranja”, comparó.
Asimismo izquierdo rechazó que la estrategia de la compañía se enfoque a alguna zona o grupo poblacional en particular.
“Tenemos una arquitectura de precio que está basada en tres variables: que sean accesibles, que sean aceptables nuestros productos y asequibles para los consumidores en cada una de las ocasiones de consumo”.
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