En la Argentina, además de jugar en el Bicho de La Paternal, se dio el gusto de vestir los colores de Boca Juniors, club del que era hincha, y de Newell’s Old Boys de Rosario. Desde el Xeneize pegó el saltó a Europa: en el Viejo Continente desembarcó primero en Barcelona, y luego pasó a Nápoles, donde llegó la consagración. Tras una suspensión por doping, tuvo un último paso en Europa como futbolista del Sevilla.
Su trayectoria profesional se desarrolló durante 21 años, entre 1976 y 1997. Jugó siete años en el Napoli, el club que más lo disfrutó, y apenas 5 encuentros en Newell’s Old Boys durante 1993. En toda su carrera disputó 679 partidos y convirtió 345 goles.
En Argentinos Juniors jugó desde 1976 hasta 1980. Fueron 166 partidos con 111 goles anotados. El estadio del club, en merecido homenaje, tiene su nombre.
Su carrera siguió por Boca Juniors, donde debutó el 22 de febrero de 1981 ante Talleres de Córdoba. El Xeneize ganó por 4-2 y el 10 marcó dos tantos. Con la azul y oro fue campeón del Metropolitano de 1981. Con Boca jugó 40 partidos y anotó 28 goles.
Luego de ser vendido al Barcelona, regresó 14 años después al club de la Ribera, el 7 de octubre de 1995. El 25 de octubre de 1997 colgó los botines, la tarde en que los xeneizes vencieron a River Plate por 2-1. En esa segunda etapa boquense jugó 30 partidos y marcó 7 tantos.
Con Barcelona debutó el 4 de septiembre de 1982, ante el Valencia. Allí ganó la Copa de la Liga y la Copa del Rey. El 5 de mayo de 1984 se despidió con una derrota contra Athletic de Bilbao, en la final de la Copa del Rey. Con los catalanes jugó 58 partidos y marcó 38 goles.
Nápoles fue su lugar en el mundo. Allí debutó el 16 de septiembre de 1984 contra Verona, con derrota por 3 a 1. Gracias a su talento, en la temporada 1986/87 el equipo del sur de Italia consiguió el primer Scudetto de su historia, título que repitió en 1989/90. También ganó la Copa Italia de 1986/87, la Supercopa ’90 y la Copa de la UEFA 1988/89. El 24 de marzo de 1991 se despidió con una derrota contra Sampdoria. En Napoli jugó 259 encuentros y marcó 115 goles.
Tras su salida de Italia, lo esperaba Sevilla: el debut en España se produjo el 4 de octubre de 1992, ante el Athletic de Bilbao, con una derrota por 2-1. Allí jugó 29 partidos y anotó 8 goles.
Llegó el paso por Newell’s, en lo que fue la etapa más breve de su carrera: comenzó el 10 de octubre de 1993, jugando cinco partidos sin marcar goles.
La Selección Argentina se dio el gusto de verlo jugar con 16 años, cuando jugó el primer partido con la Mayor, el 27 de febrero de 1977, contra Hungría. El partido se jugó en La Bombonera, con triunfo argentino por 5-2. Fue campeón mundial en México ’86, donde marcó el mejor gol de todos los tiempos ante Inglaterra, y subcampeón en Italia ’90.
Los casos de dóping marcaron una triste etapa de su carrera. La primera suspensión fue el 17 de marzo de 1991, después de un partido en el que el Napoli venció 1-0 al Bari. La muestra de orina presentó restos de cocaína, y el 20 de abril de ese año, Maradona fue suspendido por 15 meses. La pena duró hasta el 30 de junio de 1992.
El 25 de junio de 1994, en el Mundial de Estados Unidos, se vivió otro episodio doloroso para los fanáticos del fútbol: la Selección Argentina venció por 2-1 a Nigeria, y tras el partido el 10 fue sorteado para el control antidoping. En esa ocasión dio positivo de efedrina, una sustancia que estaba prohibida por la FIFA.
Como entrenador debutó en Deportivo Mandiyú de Corrientes en 1994, con Carlos Fren como ayudante de campo (dirigió 12 partidos, ganó 1, empato 6 y perdió 5). En 1995 llegó a Racing Club (dirigió 11 partidos, 2 ganados, 6 empatados, 3 perdidos).
Luego de muchos años sin actividad llegó el momento de dirigir a la Selección Argentina, su sueño. Entre 2008 y 2010, incluido el Mundial de Sudáfrica, dirigió 24 partidos: ganó 18 y perdió 6.
En 2011 y 2012 dirigió al Al Wasl de Emiratos Arabes Unidos, y entre 2017 y 2018 estuvo en el Al Fujairah del mismo país.
En 2018 y 2019 llegó a Dorados de Sinaloa, de la Segunda de México, con 38 partidos dirigidos, 20 ganados, 9 empatados y 9 perdidos.
El último paso de Diego como DT lo tuvo en la Argentina, como técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata (20 partidos, 7 ganados, 5 empatados y 8 perdidos).
Su efectividad como entrenador fue del 55,16 por ciento