Ciudad Juárez no ha despertado de la pesadilla que inició en 1993: la desaparición y el asesinato de cientos de mujeres. Ahora vive un nuevo capítulo tras el hallazgo de 50 restos no identificados que permanecieron más de un año almacenadas en la morgue local.
El gobierno de Chihuahua no informó que resguardaba las osamentas, lo que indignó a quienes durante décadas han buscado a sus familiares.
Organizaciones civiles ven en esta omisión una muestra de la indiferencia de las autoridades hacia el asesinato frecuente de mujeres en esta población fronteriza con Estados Unidos, que ha merecido incluso una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
«Que haya permanecido una situación así es un hecho negligente del estado, porque las familias de mujeres desaparecidas han estado continuamente solicitando acciones de investigación», le dijo a BBC Mundo Cecilia Espinosa, de la organización Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez.
«Ante la violencia de género que aún continúa y permanece en esta ciudad, es un acto que no responde a los derechos humanos de las víctimas».
BBC Mundo solicitó información a la Fiscalía General de Chihuahua sobre el tema, pero no obtuvo respuesta.
Forenses
Los restos que permanecen en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Ciudad Juárez formaron parte de las investigaciones que desde 2005 realizó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), una organización civil que ha colaborado en la identificación de víctimas de masacres y desapariciones en varios países con conflictos armados.
El grupo fue contratado por la Fiscalía de Chihuahua para identificar los restos humanos encontrados desde 1993 que no habían sido identificados.
EAAF recabó muestras genéticas de 195 personas que habían reportado la desaparición de sus familiares.
También analizó 85 restos humanos, algunos que habían permanecido dispersos en universidades, morgues y otras instancias oficiales, y algunos más que fueron exhumados con ayuda de los forenses.
No fue un trabajo fácil, le dijo a BBC Mundo Sofía Egaña, integrante del equipo forense de EAAF.
Los expedientes judiciales no estaban completos. Algunos restos también estaban incompletos y otros se perdieron, a pesar de que estaban en custodia de las autoridades.
Al final se logró la identificación positiva de 33 osamentas, que fueron entregadas a sus familiares. Dos fueron excluidos.
El resto quedó bajo resguardo de la Fiscalía de Chihuahua, que recibió los informes dos veces: el 1 de octubre de 2010 y el 20 de diciembre de 2011.
Los forenses argentinos entregaron un banco de datos con los perfiles genéticos de familiares de desaparecidos, así como estudios biológicos y antropológicos de los restos.
Y la organización solicitó una prórroga para seguir con su trabajo, por dos razones: se acercaba un cambio de gobierno en Chihuahua, y la violencia en Ciudad Juárez no garantizaba la seguridad de los forenses.
Pero, según Egaña, no hubo respuesta de las autoridades locales.
Tiempo detenido
Meses después de la última comunicación, la Fiscalía de Chihuahua dijo que el equipo de forenses no había entregado completo el informe de su investigación y por eso no supieron de los 50 restos que permanecían en sus instalaciones.
No es verdad, insiste la organización. Pero más allá de declaraciones, lo cierto es que el problema de fondo sigue sin resolverse.
En un informe publicado en agosto de 2010, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Relacionados con los Homicidios de Mujeres en el Municipio de Juárez, reportó 379 mujeres asesinadas y 4.456 desaparecidas entre 1993 y 2005.
Las cifras manejadas por las organizaciones no gubernamentales vinculadas al tema, sin embargo, son mucho mayores. Y de entonces a la fecha el número ha seguido creciendo.
Organizaciones civiles denuncian que en los primeros dos meses de este año desaparecieron al menos 26 mujeres, que se suman a las más de 100 que se perdieron en 2010.
Mientras, en los alrededores de Ciudad Juárez se han encontrado osamentas de mujeres desaparecidas desde hace varios años. Es como si el tiempo se hubiera detenido, cuenta Sofía Egaña.
«Pareciera que no hubieran pasado estos años de demandas, hay una falta de memoria institucional alarmante», explicó Egaña.
«Otra vez las madres están protestando, otra vez hay una demanda como si no hubiera pasado nada con anterioridad. Y sí hubo un esfuerzo».
Con información de BBC Mundo
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