Los congresistas demócratas que gestionan el impeachment denunciaron este martes la presunta incitación a la insurrección por parte de Donald Trump como “una traición de proporciones históricas”, al divulgar sus argumentos contra el expresidente una semana antes de que el Senado comience a juzgar su caso.
“En una grave traición a su juramento del cargo, el presidente Trump incitó a una turba violenta a atacar el Capitolio de Estados Unidos durante la Sesión Conjunta, impidiendo así la confirmación por parte del Congreso de Joseph R. Biden, Jr. como ganador de la elección presidencial”, dijeron los legisladores demócratas, encabezados por el congresista Jamie Raskin, en su escrito previo al juicio en el Senado.
“No condenar a Trump envalentonaría a futuros líderes a intentar retener el poder por todos los medios, y sugeriría que no hay una línea que un Presidente no pueda cruzar”, dijeron, y añadieron que el pueblo estadounidense debe ser protegido “contra un Presidente que provoca la violencia para subvertir nuestra democracia”.
Cinco personas murieron en el ataque al Capitolio, incluyendo un policía. Además, otro oficial que participó en el operativo se quitó la vida días después del asedio.
“Su conducta puso en peligro la vida de todos y cada uno de los miembros del Congreso, puso en peligro la transición pacífica del poder y la línea de sucesión, y comprometió nuestra seguridad nacional”, escribieron los responsables demócratas del caso de impeachment. “Este es precisamente el tipo de delito constitucional que justifica la inhabilitación para el cargo federal”.
El escrito legal expone por primera vez los argumentos que los legisladores de la Cámara de Representantes esperan presentar en el juicio de destitución. No sólo le reprocha explícitamente su papel en los disturbios, sino que también pretende rebatir preventivamente las alegaciones de la defensa de que las palabras de Trump estaban de alguna manera protegidas por la Primera Enmienda o que un juicio de destitución es inconstitucional, o incluso innecesario, ahora que Trump ha dejado el cargo. Dice que el comportamiento de Trump fue tan atroz que requiere la inhabilitación permanente del cargo.
La Constitución especifica que la inhabilitación del cargo puede ser un castigo para una condena de juicio político. “Este no es un caso en el que las elecciones por sí solas sean una salvaguarda suficiente contra futuros abusos; es el propio proceso electoral el que atacó el presidente Trump y el que debe ser protegido de él y de cualquier otro que pretenda imitar su comportamiento”, señala el escrito legal.
Se espera que los abogados de Trump presenten su propio escrito el martes.
El domingo, Trump anunció que los abogados David Schoen y Bruce L. Castor será quienes dirigirán su defensa. “Ambos están de acuerdo en que este juicio político es inconstitucional, tal como se pronunciaron 45 senadores la semana pasada”, señaló un comunicado de la “Oficina del 45 Presidente”.
En una comparecencia en Fox News el lunes por la noche, Schoen dijo que argumentaría además que los esfuerzos para impedir que Trump ocupara el cargo eran antidemocráticos y que las palabras del entonces presidente estaban protegidas por la Primera Enmienda.
Trump es el primer presidente de EEUU que va a ser sometido a dos impeachments en el poder legislativo. En el primero, celebrado en 2019, fue juzgado de dos cargos por presiones a Ucrania, de los que fue absuelto. Su segundo juicio político, por su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio, podría concluir con su inhabilitación para ocupar cargos públicos en un futuro, si el Senado así lo decide.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.