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Insiste Sección 42 del SNTE en extremar precauciones ante contagios en escuelas

El Secretario General de la Sección 42 del SNTE, profesor Ever Avitia Estrada hizo un llamado a no bajar la guardia y extremar precauciones debido a la alza en contagios de personal docente y alumnos en algunas escuelas del estado, y reiteró que la salud debe de ser prioridad.

Avitia lamentó el aumento en índices de contagios en algunas escuelas y exhortó a las autoridades a atender algunas instituciones en las cuales se carece de algunos de los servicios esenciales, situación que pudiese contribuir a la propagación de este virus.

Coincidió con las autoridades educativas, respecto a que las clases presenciales no deben de ser suspendidas ya que se encuentra en riesgo la estabilidad educativa, pero insistió en que la salud no debe de ponerse en riesgo en ningún momento y se deben de extremar las precauciones necesarias para evitar contagios.

Avitia enfatizó en que a pesar de que relativamente son pocas las escuelas en el estado en las que se han presentado casos de COVID-19, se debe luchar por que el virus se erradique del sector escolar, por lo que pidió cooperación a autoridades y padres de familia en luchar por que se cumplan cabalmente con las medidas de seguridad sanitaria.

Dijo que en breve gestionará una reunión con las nuevas autoridades educativas para analizar y evaluar la situación que se vive en las escuelas del estado en esta época de pandemia.

Opinión

El G20: ¿Progreso real o más promesas vacías? Por Sigrid Moctezuma

Hablar del G20 es hablar de una oportunidad única: una reunión que pone sobre la mesa problemas que afectan directamente nuestras vidas, como la pobreza y el cambio climático. Pero, ¿Estamos realmente avanzando o seguimos atrapados en las buenas intenciones?

En pleno 2024, más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2 dólares al día, y el cambio climático sigue empujando a millones al borde de la desesperación. Según la FAO, en 2023 hubo un aumento alarmante de 122 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria debido a conflictos y fenómenos climáticos extremos. Estas cifras no son abstractas; son vidas humanas, historias de lucha diaria que rara vez llegan a los titulares.

Erradicar la pobreza no es simplemente “dar más dinero”. Se trata de atacar la raíz del problema: desigualdades históricas y estructuras económicas que privilegian a unos pocos. Por ejemplo, los países del G20 representan el 85% del PIB mundial, pero también son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una contradicción enorme: quienes tienen más recursos para ayudar son también quienes más contribuyen al problema.

También es fácil hablar de «transición energética» y «economía verde», pero ¿Qué significa esto para alguien que perdió su casa por un huracán? En México, por ejemplo, los desastres naturales generaron pérdidas económicas por más de 45 mil millones de pesos en 2023. Y mientras tanto, los países más contaminantes siguen retrasando acciones contundentes, como reducir su dependencia de los combustibles fósiles. ¿Por qué? Porque aún les resulta más barato contaminar que invertir en soluciones sostenibles?.

¿Qué se debería hacer?

Las soluciones están claras, pero falta voluntad política. El G20 propone algunas ideas interesantes: redistribuir recursos, apoyar economías locales y fomentar la innovación tecnológica para reducir desigualdades. Pero todo esto suena a más promesas, a menos que veamos medidas concretas. ¿Dónde están los fondos para las comunidades más vulnerables? ¿Por qué no se prioriza la educación y la formación laboral en zonas desfavorecidas?

Como sociedad, necesitamos exigir que las grandes cumbres dejen de ser solo escenarios de fotos grupales. Los líderes globales deben recordar que detrás de cada estadística hay una persona que sufre, pero también que sueña con un futuro mejor. Si no empezamos a construir ese futuro ahora, ¿cuándo lo haremos?

El G20 no es la solución mágica, pero puede ser un catalizador. Si los compromisos se traducen en acciones reales, estaremos un paso más cerca de un mundo más justo. Si no, solo estaremos alimentando un ciclo de discursos vacíos que poco tienen que ver con las necesidades reales de la gente.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que estas cumbres realmente cambian algo o son puro espectáculo?

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