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Confirman 778 casos nuevos de Covid en Chihuahua en las últimas 24 horas

La Secretaría de Salud de Chihuahua, presenta este 5 de enero el reporte COVID-19, hay 778 nuevos casos de Covid-19 en las últimas 24 horas, además de 256 casos recuperados, 252 descartados y 60 casos sospechosos.

El número de personas que han perdido la vida por COVID-19 ascendió a 8 mil 818 casos al sumarse 11 y se concentró en el municipio de Juárez (+4), Chihuahua (+2), Cuauhtémoc (+2), Delicias (+1), Rosales (+1) y Guadalupe (+1).

Es importante señalar que a nivel nacional se han registrado 15,184 casos nuevos, y Chihuahua se posiciona en el lugar 9 de casos activos en el país, sin embargo, la cantidad de casos en el estado ha ido en aumento al igual que en otros estados del país.

Este miércoles se encuentran un total de 268 pacientes hospitalizados, la ocupación de camas para la atención de COVID-19 es de 61.03 por ciento con 202 pacientes, mientras que la ocupación de espacios de personas que requieren ser intubadas es de 31.58 por ciento con 66 pacientes.

La Secretaría de Salud recuerda a la población que tiene algún síntoma como: dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre, escurrimiento nasal o dificultad para respirar y que además estuvo en contacto con un caso positivo de COVID, acuda a realizarse una prueba, aislarse hasta obtener el resultado y en caso de salir positiva pedir atención médica.

Deportes

Dodgers se enfrentan al ICE: rechazan uso del estadio como base para redadas migratorias

En un acto sin precedentes, los Dodgers de Los Ángeles negaron este jueves el acceso a vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) a los estacionamientos del Dodger Stadium, en lo que representa una clara postura frente a las redadas migratorias que han estremecido a la comunidad latina en California.

La organización deportiva, considerada uno de los símbolos más influyentes de la ciudad, emitió un mensaje contundente a través de su cuenta oficial en X: “Esta mañana, ICE agentes llegaron al Dodger Stadium y solicitaron permiso para acceder a los estacionamientos. La organización les negó la entrada. El juego de esta noche se jugará según lo programado.”

Fuentes locales señalan que los vehículos del ICE —algunos adaptados para operaciones logísticas y detenciones— habían intentado establecer una posible área de concentración temporal cerca de la Puerta E, en Elysian Park, como ha sucedido en otras zonas como Hollywood o Pasadena. Sin embargo, la administración del equipo, respaldada por el carácter mayoritariamente privado del inmueble, ejerció su derecho de admisión para frenar el intento.

Parte del terreno del estadio sigue en manos del expropietario Frank McCourt, pero la decisión final fue consensuada dentro de la directiva del club, que ha enfrentado presión en días recientes para asumir un rol más activo frente a las detenciones migratorias.

Ese mismo día, se esperaba que los Dodgers presentaran un plan de apoyo a organizaciones que brindan asistencia a inmigrantes afectados por redadas. Lo ocurrido marca, según activistas y medios locales, “la primera respuesta contundente” del club en defensa de su afición migrante, históricamente base fundamental de su identidad y legado.

Alrededor de dos decenas de manifestantes se congregaron de manera pacífica frente al estadio para exigir el retiro del ICE y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas. La Policía de Los Ángeles (LAPD), a solicitud del equipo, mantuvo a los manifestantes fuera del acceso principal.

La concejala Eunisses Hernández, en declaraciones posteriores, criticó la presencia de ICE en zonas cercanas al estadio y celebró la decisión de los Dodgers al señalar: “Propiedad privada es diferente. Pueden decir: ‘no en mi propiedad’.”

También hubo pronunciamientos dentro del vestidor. El pelotero puertorriqueño Kiké Hernández expresó públicamente su respaldo a la comunidad migrante, sumándose al mensaje de inclusión que la organización ha querido reforzar.

Pese a la tensión, el encuentro entre Dodgers y Padres se celebró sin contratiempos, con gradas llenas y sin alteraciones en el campo. Pero el gesto del club no pasó desapercibido: en una ciudad donde la inmigración es parte esencial del tejido social, los Dodgers han decidido no quedarse al margen.

Lo sucedido podría marcar un precedente sobre el papel que equipos deportivos pueden asumir ante políticas migratorias controvertidas. En un momento donde el deporte y la política se entrelazan más que nunca, los Dodgers no solo jugaron un partido este jueves: también fijaron una postura.

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