Desde extraños sacrificios hasta rituales de sexo incestuoso, Klara y Katherina cumplían al pie de la letra las órdenes de “El Doctor”, quien para esa época hacía de líder supremo de la secta. No solamente estaban fascinadas con las macabras peticiones que ponían a prueba su conocimiento del mundo y de Dios, sino que sus deseos pecaminosos aumentaban a medida que se adentraban más en ese oscuro mundo.
La verdadera pesadilla comenzó cuando, según el diario inglés Daily Mail, Barbora comenzó a sentir celos de sus hermanos adoptivos, Jakub y Ondrej, de 10 y 8 años, respectivamente. Ávida y audaz, siempre encontraba la manera de otorgarle la culpa de sus travesuras a los hijos de su madre adoptiva.
Influenciadas por El Doctor y Skrlová, las hermanas optaron por meter a los niños en una jaula en la que fueron víctimas de todo tipo de vejaciones. Desnudos, sin comer y viviendo entre sus propios excrementos, los mantuvieron cautivos durante lo que pareció una eternidad. Incluso los hacían bañar con agua helada, les ponían cigarrillos en el cuerpo y, en varias ocasiones, hasta intentaron arrancarles la piel para comérselos.
En la aparente tranquila casa de las Mauerová se vivía un infierno del cual nadie, excepto Barbora, El Doctor y las directas implicadas, tenía conocimiento. Si para ese momento hubiese existido un premio al plan macabro más perfecto, sin duda, Barbora se hubiese llevado el primer lugar. Y todo pudo haber continuado así, de no ser porque un monitor de bebé y una familia de buen corazón que se interpuso en sus caminos.
Los policías checoslovacos no podían dar crédito de lo que sus ojos estaban viendo. Tres niños: uno de ellos estaba desmayado, el otro en estado deplorable y la última se sumergía en un mar de llanto en un rincón de la jaula, casi imperceptible a la vista de quien se atreviese a asomarse. La escena era desoladora.
Si bien la familia vecina que por error había logrado acceder al sistema de seguridad de las Mauerová había descrito las vejaciones como atroces, nada podía compararse a presenciar el acontecimiento en vivo y en directo. Era simplemente siniestro, ejecutado por alguien inhumano y planeado por alguien aún más perverso.
Cuando llegaron al hospital ya era demasiado tarde. Uno de los niños yacía muerto en la camilla, mientras que el otro no había sido lo suficientemente veloz para revelar la verdad a las autoridades. Barbora había escapado y se dirigía rumbo a Noruega para encontrar nuevas víctimas. De Anika a Adam, Barbora no solamente cambió de país, sino también de nombre y sexo. Al igual que había hecho en ocasiones anteriores, logró engañar a una familia que decidió adoptarla, cuidarla y enviarla a una reconocida escuela.
Hasta a los más brillantes criminales les llega la justicia y Barbora no sería la excepción. En enero de 2008 fue capturada en el norte de Noruega luego de que la Policía checa emitiese una orden de captura internacional. Por muy multifacética que fuera, ya no había lugar en el mundo en el que pudiese esconderse.
En el año 2009 una nueva noticia volvió a sacudir al mundo: Klara fue condenada a 12 años de prisión como autora material de los crímenes junto a su hermana Katherina, quien obtuvo una sentencia de 10 años de cárcel.
La sorpresa llegó cuando, de manera irrisoria, Barbora fue sentenciada a pagar cinco años tras las rejas en calidad de autora intelectual. En 2011, apeló y salió en libertad. Desde ese momento, no se conoce rastro de lo que fue de la vida de la reconocida niña huérfana, cuya historia logró cruzar continentes, llegar a Hollywood e inspirar una película que tendrá no solo una, sino dos entregas en las salas de cine. ¿Logrará la maldad mantenerse al margen de la criminalidad?