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Salud y Bienestar

La obesidad es una enfermedad contagiosa

México ocupa el quinto lugar de obesidad en el mundo y se estima que avance más lugares, ya que la cifra de personas con esta condición aumentará a 35 millones la siguiente década, de acuerdo con la Federación Mundial de Obesidad.

Las cifras ponen en alerta a especialistas de la salud, pues esta condición origina otros padecimientos como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares; sin embargo, hay otras consecuencias, como el hígado graso, afecciones músculo-esqueléticas o renales, o baja autoestima y depresión que se vuelven círculos viciosos para perpetuar la obesidad.

“La obesidad es una enfermedad socialmente contagiosa, porque el entorno la puede favorecer. Sus causas van desde lo biológico y genético, hasta las que tienen que ver con el consumo y producción de alimentos y el sedentarismo. La genética es determinante, pero se requiere de un ambiente propicio para que se desarrolle la enfermedad”, expresó María Elena Trujillo, académica y coordinadora del Programa Universitario de Alimentación Sostenible (PUAS) de la UNAM.

La especialista, quien participó en el Seminario Permanente sobre Pandemias y su Impacto en la Alimentación Sostenible, también refirió que una persona que presenta un índice de masa corporal de 30 o más, tiene el padecimiento clase 1, 2 o 3. Y si se desea identificar un riesgo adicional se puede medir el perímetro de la cintura.

“Si es por arriba de 90 en hombres y de 80 en mujeres se trata de una obesidad de tipo central, que es la que confiere mayor riesgo cardiovascular”, abundó Trujillo.

La doctora Martha Kaufer Horwitz, integrante del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, recordó durante la ponencia que las “dietas mágicas” no existen, así que recomendó centrarse en un cambio de conducta y no en el peso para que el primero sea estable y sostenible sin importar si el paciente acude a una fiesta, de vacaciones o está en su casa debido a la pandemia.

“Hay que quitarle peso al peso, y no concentrarse en cuántos kilos se pierden y en cuánto tiempo; hay que tener expectativas realistas”, aseveró Kaufer Horwitz.

Por su parte, el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, Simón Barquera Cervera, coincidió en que el ambiente alimentario es importante porque determina la adquisición y el consumo de alimentos; lo que se comen tiene que ver más que con la biología o genética, la disponibilidad, el dinero y la publicidad, etcétera.

“La prevalencia de obesidad en nuestro país no siempre fue así. Lo ha sido en los últimos años, eso significa que no debemos aceptarlo como parte de nuestra condición natural. Es resultado de un entorno descuidado, y falta de regulación y políticas para cuidar nuestra alimentación”, indicó Cervera

Hasta 2010 este problema formó parte de la agenda pública de la salud. El impuesto a la comida chatarra y refrescos se implementó en 2014 y el etiquetado de advertencia en 2020. Ahora se presenta una estabilización en el incremento de la prevalencia, aún con la pandemia de COVID-19.

“Puede ser que estemos frente al inicio de la buena noticia de que se está comenzando a controlar la curva de la obesidad. Tomar agua simple y dejar de consumir productos empacados en plástico es importante. Además, la comida chatarra y bebidas azucaradas son caras; consumir saludable es más barato. Es necesario retirar toda esa comida de las escuelas”, recomendó Barquera Cervera.

El consumo de refresco, factor de la obesidad

Para Simón Barquera Cervera, el impuesto a los refrescos es una de las políticas mejor evaluadas en el mundo; más de 30 países lo han implementado desde que México lo desarrolló y ponderó.

“Se ha encontrado que el consumo disminuyó cinco litros per cápita al año; es decir, miles de toneladas de azúcar se dejaron de consumir, y eso en 10 años va a representar menos muertes y ahorros en salud”, opinó.

Fuente: reporteindigo.com

Salud y Bienestar

Estas son las marcas de cátsup que no deben consumir los niños

Una de las instituciones encargadas de regular la calidad de los servicios ofrecidos en todo el país es la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). Recientemente, PROFECO se encargó de proporcionar información adecuada sobre uno de los productos más consumidos en México: la cátsup. Siendo un aderezo muy popular, se decidió analizar diversas marcas de este producto para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas al momento de comprar.

Los principales aspectos estudiados por laProcuraduría Federal del Consumidor fueron: azúcares totales, sodio, contenido energético, carbohidratos (todos estos mencionados por cada 100 gramos), colorantes, conservadores, espesantes, calidad sanitaria, contenido de tomate, contenido neto y otros ingredientes utilizados en la elaboración de este producto.

Tras la investigación de diferentes aderezos de tomate, se detectaron varias marcas que fallaron en una o más pruebasrealizadas, entre ellas la marca Tasty Salsa DBS. Este producto se anunciaba como «sin azúcar añadida», pero se reveló que contiene 9.5 g de azúcares.

Cátsups que los niños no deben consumir

PROFECO también reveló las cátsups que NO deben ser consumidas por niños, ya que contienen edulcorantes, sustancias que brindan un sabor dulce a estos productos, pero que pueden afectar la salud de los pequeños. Las marcas con edulcorantes son: Heinz Tomate Kétchup sin azúcar, Yo Mama´s, Tasty DBS y Walden Farms.

 

Cátsups que no cumplen con el contenido neto

De acuerdo con la investigación realizada por la Procuraduría Federal del Consumidor, Aurrera Imitación Salsa de Tomate Cátsup afirma tener 1 kg de contenido, pero en realidad cuenta con 976 g, mientras que Yo Mama´s indica poseer 397 g, aunque solo cuenta con 366.7 g.

 

Cátsups que mienten en su contenido de azúcar

PROFECO también reveló las cátsups que contienen más azúcar de lo que declaran en su etiquetado. Heinz Tomate Kétchup sin azúcar añadida dice tener solo 1.7 g, cuando en realidad tiene 4 g. Campo Vivo menciona tener 10 g, pero en realidad son 16.8 g. Walden Farms Salsa Cátsup afirma tener 0 g, pero se descubrió que contiene 2.3 g. Por último, Sun Harvest declara 17.65 g de azúcar, aunque en verdad son 22.7 g.

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