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México

Proponen 12 días de vacaciones en reforma a la Ley Federal del Trabajo

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La propuesta fue presentada por la senadora de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado y plantea que al cumplir cinco años este periodo aumente dos días de forma anual

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y COPARMEX, en nuestro país, un trabajador promedio trabaja alrededor de dos mil 255 horas al año; la Comisión de Trabajo del Senado discutirá el dictamen de vacaciones dignas con el que se establece que las y los trabajadores tendrán derecho a un mínimo de 12 días de vacaciones en el primer año, que aumentará por dos anualmente, hasta llegar a un máximo de 20.

La propuesta fue presentada por la senadora de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado y plantea que al cumplir cinco años este periodo aumente dos días de forma anual y a partir del sexto año dos días por cada cinco de servicio.

El próximo martes, la Comisión de Trabajo del Senado discutirá el dictamen de vacaciones dignas.

Se busca que  las personas que trabajan «tengan más de un año de servicios disfrutarán de un periodo anual de vacaciones pagadas, que en ningún caso podrá ser inferior a doce días laborales, y que aumentará en dos días laborales, hasta llegar a veinte, por cada año subsecuente de servicios”.

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, en México únicamente se gozan 6 días de vacaciones el primer año en un nuevo empleo. Esta cifra nos coloca a la par de naciones como China y Papúa Nueva Guinea.

La Comisión de Trabajo y Previsión Social citó a las y los integrantes el próximo martes 27 a las 9:30 de la mañana para discutir y en su caso aprobar el dictamen con el que se reforma el artículo 76 y el 78 de la Ley Federal del Trabajo.

Fuente: eluniversal.com.mx

 

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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