Los refrescos son bebidas carbonatadas que pueden tener gas o no. Su elaboración puede incluir extractos de frutas, azúcares, edulcorantes artificiales u otros ingredientes, según explica Nestlé.
La famosa marca agrega que los refrescos también pueden llevar aditivos como cloruro sódico, ácido fosfórico o cítrico, cafeína y colorantes.
Si bien estas bebidas pueden tener un sabor agradable e incluso adictivo, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España señala que su valor nutricional es casi nulo y su contenido energético dependerá de la cantidad de azúcar añadida que contengan.
¿QUÉ PASA SI TOMAS SODA EN AYUNAS?
Los refrescos son alimentos muy consumidos, bien sea diario u ocasional y aunque podría pensarse en su consumo acompañado de alimentos, la verdad es que hay quienes beben soda hasta en ayunas, un hábito que podría tener ciertos impactos sobre la salud.
Un artículo de Mundo Deportivo resalta que el desayuno es el momento en el que se rompe el ayuno después de toda la noche sin la ingesta de alimentos y el estómago se encuentra vacío.
Cuando una persona bebe refresco como primer alimento, lo que sucede es que se expone al riesgo de obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2 y hasta ciertos tipos de cáncer.
Además, lo ideal sería brindarle nutrientes al organismo después del ayuno realizado para comenzar el día con energía.
Por otro lado, El Confidencial agrega a las bebidas carbonatadas en la lista de alimentos que no se deberían consumir con el estómago vacío, pues se enfrenta al riesgo de sufrir un cuadro de gases intestinales o de sentirse muy inflamado.
Los refrescos o sodas en ayunas también incrementan el ácido del estómago, lo que podría causar erosión en las paredes del sistema digestivo.
Cabe mencionar que diversos estudios han analizado los efectos del consumo de refrescos en la salud e incluso una investigación señaló una relación entre su ingesta y el riesgo de muerte prematura.
El trabajo, publicado en la JAMA Internal Medicine, indicó que tan solo consumir dos vasos al día de una bebida endulzada con azúcar o edulcorantes artificiales aumentan el riesgo de muerte prematura en un 17%, en comparación con quienes las toman menos de una vez al mes.