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Opinión

BRICSA: Una Nueva Era. Por Raúl Saucedo

En la ciudad sudafricana de Johannesburgo, una cumbre histórica del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha sentado las bases para una transformación significativa en el escenario económico y político global. Durante la Cumbre de este bloque, se dio a conocer un giro trascendental: la incorporación de seis nuevos miembros, a saber, Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, marcando así el nacimiento de BRICSA, un grupo económico y político que promete redefinir el equilibrio mundial.

Con fecha efectiva a partir del 1 de enero de 2024, esta expansión llevará el PIB combinado de BRICSA al asombroso 37% del total global, mientras que su población representará un 46% de la humanidad. Este cambio masivo en la dinámica geopolítica augura una nueva era en la cooperación desafíos tradicionales estructuras de poder.

La historia de BRICSA es un testimonio de la adaptación de los países en desarrollo en el escenario económico mundial. El término BRICS, originado en 2001, fue inicialmente acuñado para referirse a las economías emergentes más prometedoras: Brasil, Rusia, India y China. Sudáfrica se unió posteriormente en 2011. Sin embargo, la cooperación no estuvo exenta de contradicciones, especialmente en lo que respeta a los intereses divergentes de China y otros miembros. La pérdida de proyección económica también puso en entredicho la solidez del grupo.

La ampliación de BRICSA es un intento de consolidar una voz común en la arena internacional y forjar una cooperación política más fuerte. Esta ambiciosa expansión, anunciada por el presidente sudafricano, marcó un hito en la historia del grupo. Con una membresía plena que entrará en vigor el 1 de enero de 2024, BRICSA está en camino de convertirse en un bloque económico de relevancia global, capaz de influir en asuntos cruciales.

Una de las motivaciones detrás de esta unión es desafiar el estatus quo monetario. BRICSA se propone explorar alternativas al dólar como moneda de referencia en el comercio internacional.

Sin embargo, el panorama político global no está exento de desafíos. El reciente conflicto en Ucrania ha aumentado las tensiones internacionales y ha dejado al descubierto las limitaciones del Consejo de Seguridad de la ONU. En medio de esta turbulencia, los líderes de BRICSA han reafirmado su compromiso de actuar como agentes de entendimiento y cooperación, defendiendo un mundo multipolar.

Además de su impacto político, BRICSA también ha establecido un camino financiero independiente. La creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) en 2015, como una alternativa al Banco Mundial y al FMI, subraya la determinación del grupo para impulsar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en sus propios términos.

Es así el nacimiento de BRICSA es una respuesta audaz al desafío de reequilibrar el poder económico y político en el mundo. Esta expansión, que representa una amplia gama de naciones con diversas realidades, señala un nuevo capítulo en la cooperación internacional y la búsqueda de un orden mundial más equitativo.

Todo este escenario económico mundial sucede mientras que en las calles de nuestro país el “super peso” se mantiene en miras de la sucesión presidencial y en o personal trato de que alguien me cambie un billete de 200 para poder abordar el metro.

MAIL: rsaucedo@uach.mx

TWITTER (X): @Raul_Saucedo

 

 

Opinión

León XIV: Entre Herencia y Esperanza. Por Caleb Ordoñez Talavera

El pasado 8 de mayo de 2025, la Plaza de San Pedro volvió a rugir con fuerza: un nuevo Papa, un nuevo nombre, y un nuevo horizonte para la Iglesia Católica. Robert Francis Prevost, estadounidense con alma latinoamericana, elegido como León XIV, asumió el timón de una institución milenaria que vive uno de sus momentos más complejos y decisivos.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

Con 69 años y una historia de servicio en Perú y otros países del continente, León XIV hereda tanto la fuerza reformadora de su antecesor como las tensiones no resueltas que convulsionan los cimientos del Vaticano. Los desafíos son múltiples y profundos, pero también ofrecen la oportunidad de renovar la confianza y el sentido de pertenencia en millones de fieles en el mundo. Apuntémoslos, uno por uno.

Una Iglesia católica dividida.

El pontificado de Francisco dejó importantes avances, pero también sembró tensiones internas entre sectores progresistas y conservadores. La polarización no es nueva, pero ha ganado intensidad, especialmente en temas como el celibato, la diversidad sexual, y el papel de las mujeres. León XIV deberá actuar como un gran equilibrista: firme en convicciones, pero abierto al diálogo; pastor cercano, pero líder con autoridad.

Mantener la unidad sin sofocar el debate interno será clave. La religión católica no puede permitirse un cisma silencioso. León XIV debe tender puentes entre tradiciones y modernidad, entre las voces que claman por apertura y las que defienden la ortodoxia. Su perfil pastoral y su cercanía con América Latina podrían ser su mejor carta para lograrlo.

Crisis económica: Finanzas al Límite.

Uno de los retos más urgentes es la crisis económica que atraviesa el Vaticano. La caída estrepitosa de donativos, el déficit presupuestal que ronda los 30 millones de euros anuales y la pesada carga de sueldos y pensiones para miles de empleados son señales de alarma. León XIV no solo necesita recortar gastos con sensatez, sino también encontrar nuevas formas de financiamiento ético, sin comprometer la esencia espiritual del Vaticano.

La transparencia financiera y la gestión eficiente no son asuntos secundarios: son condiciones necesarias para recuperar la credibilidad y garantizar la sostenibilidad de las obras sociales, misiones y proyectos educativos que sostienen millones de vidas.

El Papel de la Mujer

Aunque se han dado pasos hacia una mayor participación de la mujer en la Iglesia, la brecha sigue siendo enorme. Las mujeres sostienen gran parte del trabajo pastoral, educativo y social del catolicismo, pero siguen excluidas de la toma de decisiones de mayor nivel.

León XIV tiene la oportunidad —y la obligación moral— de abrir un diálogo sincero y concreto sobre el acceso de las mujeres a ministerios más amplios, incluidos aquellos roles que hoy están reservados solo para varones. No se trata solo de equidad, sino de reconocer con justicia el rostro femenino de la fe.

Abusos Sexuales: Justicia Sin Excusas.

La herida de los abusos sexuales sigue abierta. Aunque se han adoptado protocolos y se han hecho avances, aún hay diócesis que actúan con opacidad o lentitud. León XIV deberá liderar con determinación un proceso de limpieza profunda: no más encubrimientos, no más silencios.

El mundo espera una Iglesia sin miedo a la verdad, que escuche a las víctimas, que repare con justicia y que garantice que nunca más el poder religioso sirva como escudo para la impunidad.

Una Voz de Paz en un Mundo en Guerra.

El nuevo Papa también enfrenta un mundo convulso: conflictos armados, crisis migratorias, cambio climático y una creciente indiferencia espiritual. León XIV ha empezado su pontificado con un llamado a la paz y al encuentro entre pueblos. No es casual: su experiencia misionera, su contacto con comunidades marginadas y su carácter conciliador le dan autoridad moral para convertirse en una voz de paz con peso geopolítico.

Frente al avance del individualismo, el cinismo y el fanatismo, León XIV puede volver a hacer de la Iglesia una plataforma de escucha, mediación y servicio.

Un Papa con el Reto de Conectar

En un mundo que ya no cree fácilmente en las instituciones, León XIV tendrá que hacer lo que Francisco inició: bajar del trono, caminar entre la gente, hablar su idioma, y ofrecer respuestas reales. La Iglesia no puede ser solo una voz moral; debe ser un testimonio de esperanza concreta.

Su pontificado apenas comienza, pero los pasos que dé en estos primeros meses marcarán el tono de su legado.  (Y una caída cada vez más aguda de católicos) ¿Será León XIV el Papa que reconstruya los puentes rotos entre la fe católica y el mundo? Hay razones para creer que sí. Pero también muchas heridas que sanar, y estructuras que transformar.

La historia lo espera. Y millones de creyentes católicos también.

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