La gran rivalidad entre el mexicano Juan Manuel Márquez y el filipino Manny Pacquiao escribió otra página brillante en la historia del boxeo, pero no el final de la misma.
El motivo, que la cuarta pelea revancha que protagonizaron la pasada noche en el MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas (Nevada), generó un gran triunfo por nocáut en el sexto asalto de Márquez, que logró su primer triunfo después de haberse sufrido dos derrotas y un combate nulo.
Márquez, de 39 años, lo consiguió con lo que él mismo denominó “el golpe perfecto” cuando estaba más convencido que nunca que Pacquiao podía dejarlo fuera de combate en cualquier momento. Iba por debajo en las cartulinas de los jueces, había caído ya a la lona y el excampeón mundial filipino en ocho pesos diferentes, boxeaba mejor que nunca.
Pero, para satisfacción de la mayoría de los 16.348 espectadores que presenciaron la pelea y apoyaban a Márquez, el púgil mexicano conectó una derecha a la contra demoledora, ante el fallo de Pacquiao que le quiso alcanzar con la misma mano, y ahí comenzó su gran noche, subido en las cuerdas con los brazos el alto.
“Sabía que Manny (Pacquiao) podía dejarme fuera de combate en cualquier momento”, admitió Márquez. “Lo que sucedió es que lancé el golpe perfecto, que no fue sólo producto de la suerte sino de haberlo entrenado y trabajado durante mucho tiempo”, explicó.
Tan perfecto y demoledor que dejó durante más de dos minutos inmovilizado boca abajo a uno de los grandes boxeadores de la historia, congresista por Filipinas y una auténtica estrella mundial, que desde el 2004 le había generado las mayores decepciones profesionales con dos derrotas y un combate nulo.
Márquez (55-6-1, 40 nocáuts) reconoció que la caída que sufrió en el quinto asalto no le ayudó, pero aprendió la lección y salió con la guardia mucho mejor y sin bajar los brazos.
“Me pilló con la mano baja”, comentó Márquez, que se llevó una bolsa de 10 millones de dólares. “Fue un error y lo corregimos desde la esquina”, admitió.
Márquez, campeón del mundo en cuatro divisiones de pesos diferentes, explicó que al margen de trabajar el golpe de derecha también tuvo que hacer una gran labor en otros aspectos de su boxeo.
“El cambio de ritmo era muy importante porque sabíamos que iba a salir agresivo por lo que nuestro boxeo debía ser más técnico y eso fue lo que trabajé”, valoró Márquez.
“Sabíamos que iba a ser un combate muy difícil, pero no imposible y trabajamos con esa confianza, al mejorar la fuerza física y la velocidad y el resultado no pudo ser mejor”, señaló.
El púgil mexicano reconoció que, a pesar de la derrota, Pacquiao demostró que es un gran campeón y eso fue lo que le dijo cuando se recuperó de los efectos del nocáut.
“Al abrazarnos le dije que era un gran boxeador”, destacó Márquez. “No he olvidado que me mandó a la lona cuatro veces en los tres combates anteriores”.
En cuanto a la posibilidad de una quinta pelea revancha, Márquez dijo que era pronto para tomar una decisión, pero después de descansar y hablar con su familia tomaría la mejor decisión para todos, aunque ya es consciente que sería la más lucrativa de su brillante carrera deportiva.
“Ahora sólo quiero descansar, recuperarme de todo el esfuerzo realizado, y disfrutar de la pelea que siempre soñé que quería, deseaba y necesitaba ganar”, agregó Márquez.
EFE
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