La presión sobre Ricardo Salinas Pliego se intensifica. En tan solo unas semanas, el empresario ha recibido tres reveses judiciales que lo colocan contra las cuerdas: tribunales federales han confirmado que sus empresas deben al fisco mexicano más de 7 mil millones de pesos, principalmente por la omisión del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
La resolución más reciente llegó esta semana por parte del Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, el cual determinó que TV Azteca debe pagar 3 mil 500 millones de pesos en impuestos no cubiertos. Pero este no es un caso aislado: a finales de junio, el Segundo Tribunal Colegiado del Primer Circuito ordenó a Grupo Elektra —también propiedad de Salinas Pliego— pagar otros 2 mil millones de pesos por una omisión similar.
La tercera sentencia en contra fue emitida por el Décimo Tribunal Colegiado, también del Primer Circuito, respecto a adeudos de ISR correspondientes al ejercicio fiscal de 2012. Aunque la empresa intentó frenar el fallo con documentos legales, el tribunal desechó los argumentos y ratificó la deuda.
Este cúmulo de fallos no surgió de la nada. El litigio entre el empresario y el SAT tiene raíces que se remontan a 2009, y ha sido uno de los más prolongados y mediáticos en la historia fiscal del país. Hoy, los tribunales han cerrado filas y le exigen a Salinas Pliego que salde sus cuentas con Hacienda.
A pesar de que las resoluciones son consideradas firmes, aún le queda una última carta: acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No obstante, ese camino legal sólo será posible a partir del 1 de septiembre, cuando el máximo tribunal retome sus actividades.
El panorama no es alentador para el magnate de Grupo Salinas, quien enfrenta no solo una crisis fiscal, sino también el escrutinio de la opinión pública y del propio gobierno federal.