Cerca de mil veladoras que rodeaban Palacio de Gobierno como exigencia de justicia, ante el asesinato de Marisela Escobedo, desaparecieron durante la mañana de viernes 24 de diciembre del 2010, ante el asombro de todos aquellos que cooperaron con poner una flama en memoria de Marisela Escobedo.
Después del asesinato de la activista ocurrido el jueves 16 de diciembre del 2010, el lunes se instaló un altar a la puerta del edificio gubernamental y en tres días, éste se extendió hasta incluir más de mil 500 veladoras que estaban a punto de rodear por completo el recinto del titular del ejecutivo, César Duarte Jáquez.
Al lado de la luz creada por los chihuahuenses se colocaron frases como «Justicia» «Marisela Escobedo, Crimen de Estado» «¡No queremos promesas! que ya sean hechos, estamos hartos de tanta violencia, por favor señor Gobernador estamos sufriendo ¡Ya basta! ¡Ni una más!».
Sin embargo aún cuando se vislumbraba que para el viernes 24 de diciembre la sede de Gobierno del Estado estaría completamente rodeada, sucedió lo contrario: manos desconocidas retiraron cerca de mil veladoras: La fila de luces que estaba por completarse, a los costados de la calle Carranza y calle Guerrero, fue disminuida y sólo amanecieron 700 en la calle Aldama.
«¿Quién las quitó?» se preguntaron paseantes y miembros de organizaciones ciudadanas que acudieron temprano para seguir admirando y fortaleciendo la unión chihuahuense contra la violencia, la injusticia y la impunidad.
«Nos parece una práctica autoritaria, insensible, en la misma línea de insensibilidad y de incomprensión con que se tratan los feminicidios, el que se hayan retirado las velas que rodeaban al Palacio de Gobierno. Dichas velas fueron colocadas ahí por ciudadanas y ciudadanos de manera voluntaria, como un símbolo de su dolor, indignación y esperanza ante el asesinato de Marisela. No puede procederse de manera represiva contra una expresión ciudadana pacífica, auténtica, que a nadie hace daño.»
A través de un comunicado, Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, Movimiento Ciudadano por la Paz y la Vida Digna, Mujeres por México en Chihuahua, A.C., Frente Democrático Campesino, y Grupo Feminista Ocho de Marzo de Chihuahua, repudiaron el hecho de quitar las veladoras, repudiaron el hecho de frenar el clamor y la participación de cientos en UNA CAUSA SINCERA. Una causa que pacíficamente, recordaba no sólo el asesinato de Marisela sino el hartazgo común que genera a diario la violencia.
«LLAMAMOS A TODA LA CIUDADANIA, A LAS MUJERES Y LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD A QUE NO DEJEN EXTINGUIRSE LA LLAMA DE LA INDIGNACION Y DE LA ESPERANZA, CONVOCAMOS A COLOCAR DECENAS, CIENTOS DE VELAS FRENTE AL PALACIO DE GOBIERNO» escribieron las mujeres en un comunicado.
Y no sólo ellos se dijeron indignados. Después de que el gobernador César Duarte Jáquez se comprometiera a respetar el pacífico movimiento, el defensor de derechos humanos en la entidad y ex diputado Víctor Quintana Silveyra, comentó: “parece que el Gobernador no quiere que haya luz de esperanza esta Navidad, que no haya esperanza en la gente”, la acción es un acto de temeridad por parte de éste hacia la participación unida del pueblo.
Asimismo, Quintana Sylveira explicó que la acumulación de luz alrededor del lugar no tiene móvil político porque es la misma gente quien se acerca y participa en la manifestación, exigiendo justicia. Esto dijo, no está siendo financiado, son padres de familia, madres, jóvenes, abuelos, niños, los que conocen los hechos y alzan la voz para que las autoridades hagan lo que les corresponde.
Y así como para colocar las velas, así también se unieron los ciudadanos en los alrededores para cuestionar ¿quién? ¿por qué? «¿ya ni podemos hacer esto?» «ni que les estuviéramos rayando las paredes» dijo un señor que pasaba por el lugar con su familia y se detuvo para preguntar por qué las estaban quitando.
¿Y qué dijo el Gobierno?
Ante la desaparición de las veladoras, los ojos se centraron en Palacio de Gobierno. Activistas y periodistas interceptaron al mandatario César Duarte Jáquez para cuestionarle si se sabe quién fue o incluso, si fue una orden dictada por el mismo Estado ante el «escándalo» causado a nivel nacional.
Y en este contexto el gobernador César Duarte aseveró no saber de qué le estaban hablando. Al explicarle que se retiraron centenares de velas que fueron puestas por los chihuahueses y que se sospechaba de su gobierno dijo mientras reía: “¿quiere que nos investiguemos nosotros mismos?” y añadió ante la imposibilidad de los medios de decirle el número exacto de veladoras desaparecidas: “para saber que desaparecieron hay que saber cuántas eran”.
Sigue la Luz
Pero la «desaparición» de las veladoras incentivó y aumentó la lucha. Después de que se diera a conocer la noticia, aumentaron las personas alrededor de Palacio de Gobierno y además, se incluyeron carteles donde se lee: «REGRESEN LAS VELADORAS» «ABAJO EL MAL GOBIERNO» «César Duarte, regresen las veladoras que se robaron» «El Gobierno sólo puede quitar velas, no queremos más muertos»…
Para las cuatro de la tarde del viernes 24 de diciembre, el camino de luz en memoria de Marisela Escobedo y cientos de víctimas más, comenzó de nuevo a extenderse. Superó incluso el día jueves. Las paredes de Palacio de Gobierno por las calles Carranza y Guerrero estuvieron en cuestión de horas, nuevamente resguardadas casi en totalidad por la luz que los chihuahuenses, exigen, les sea regresada a sus vidas y a sus familias.
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