El Real Madrid busca mantenerse a la vanguardia no solo en lo deportivo, sino también en lo médico. Tras la salida de Niko Mihic como jefe de los servicios médicos al finalizar la temporada pasada, el club decidió dar un giro radical en su metodología con un objetivo concreto: disminuir el número de lesiones, en especial las musculares, que en la campaña 2024-25 rondaron las 40 y afectaron de forma considerable al rendimiento del equipo.
Conscientes de que en el futbol moderno, marcado por la sobrecarga de partidos y la creciente intensidad, es imposible erradicar completamente las lesiones, la apuesta del club es reducirlas al mínimo anticipando riesgos antes de que aparezcan. Para lograrlo, los servicios médicos renovados cuentan con una herramienta poderosa: la inteligencia artificial (IA).
Hasta ahora, los equipos recurrían a sistemas como GPS, pulsómetros o cuestionarios individuales para evaluar el estado físico de los jugadores. Desde esta temporada, el Real Madrid ha incorporado la IA como fuente clave de datos, aunque el proyecto tardará entre dos y tres meses en estar completamente operativo. El sistema recopila información personalizada de cada futbolista y lanza alertas en caso de riesgo, basándose en indicadores como el ángulo de fase (PhA), variaciones en metabolitos presentes en la orina o la sobrecarga por exceso de sprints.
Dos nuevas métricas respaldan esta tecnología. La primera es la BIA sectorial, que analiza resistencia, reactancia y PhA para detectar signos de fatiga muscular, inflamaciones o microlesiones. Gracias a esta información, es posible identificar cambios mínimos en músculos propensos a lesiones, como los isquiotibiales, abductores o aductores, y recomendar pausas o ajustes en las cargas de trabajo.
La segunda es la metabolómica, que examina metabolitos en sangre y orina, ofreciendo una huella química del esfuerzo físico de los jugadores tras partidos y entrenamientos. En palabras sencillas, transforma una lectura limitada en una visión completa y detallada del impacto en el organismo.
Ambas métricas, integradas en la IA, permiten activar alarmas tempranas y tomar medidas preventivas, como reducir el tiempo de juego de un futbolista a 45 o 60 minutos, o bien darle descanso para evitar que una molestia evolucione en lesión.
El proyecto tiene un alcance global dentro del club: la IA analizará a todos los jugadores con la intención de detectar de manera anticipada esas “lesiones ocultas” que suelen aflorar durante la temporada. Una apuesta tecnológica que refuerza la ambición del Real Madrid de seguir marcando el rumbo en el deporte mundial y dotar a sus profesionales de las mejores condiciones para cumplir con la meta de siempre: ganar títulos.