México se ha convertido en el segundo país con mayor número de muertes por sarampión a nivel mundial y el primero en América, de acuerdo con el más reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Hasta el 9 de septiembre, el organismo internacional contabilizó 4 mil 553 contagios y 19 fallecimientos en territorio mexicano. No obstante, cifras oficiales del propio gobierno federal actualizan el saldo a 4 mil 630 casos confirmados en 23 estados y 21 defunciones hasta el pasado viernes.
La OPS colocó a Canadá como el país con más casos en la región, con 4 mil 849, seguido de México y Estados Unidos con mil 454. En total, en el continente americano se han registrado 11 mil 313 infecciones y 23 muertes en diez países. Canadá, México y Estados Unidos concentran el 96% de la carga regional.
El informe también reporta contagios en Bolivia (320), Argentina (35), Paraguay (35), Belice (34), Brasil (28), Perú (4) y Costa Rica (1).
El repunte, explicó la OPS, se debe a brechas en la cobertura de vacunación y a la importación de casos dentro y fuera de la región. “El sarampión es prevenible con una vacuna segura y eficaz, pero la baja cobertura en comunidades vulnerables está impulsando los brotes”, advirtió Daniel Salas, gerente del Programa Especial de Inmunización Integral.
La actualización epidemiológica subraya que más del 71% de los pacientes confirmados no estaban vacunados, mientras que otro 18% carecía de registro de inmunización. Los menores de un año representan el grupo más afectado.
Ante este panorama, la OPS llamó a los países a garantizar al menos 95% de cobertura con dos dosis de vacuna para cortar la transmisión. Aunque la región mostró una ligera mejoría en 2024 (89% para la primera dosis SRP1 y 79% para la segunda SRP2), apenas un tercio de los países alcanzó el umbral recomendado.
El organismo internacional pidió además vacunar de inmediato a contactos de casos sospechosos de hasta 39 años, administrar vitamina A para reducir complicaciones, reforzar la vigilancia en zonas fronterizas y exigir la inmunización a viajeros internacionales sin antecedentes vacunales, al menos diez días antes de ingresar a áreas con transmisión activa.