Conecta con nosotros

Opinión

ALGUNAS REFLEXIONES PRE ELECTORALES por Luis Ochoa Minjarez

Published

on

ALGUNAS REFLEXIONES PRE ELECTORALES

 

Luis Ochoa Minjares

 

Como andan las cosas en estos tiempos pre electorales, no es difícil adivinar que los requerimientos y urgencias de los principales partidos políticos apuntan hacia la selección de sus mejores elementos, a la exclusión de aquellos que cayeron en el prevaricato y, sobre todo, a fortalecer sus filas y rellenar los huecos que dejaron los tránsfugas, apostatas y desleales.

 

Alguno de esos institutos políticos de rancio abolengo, sufre la dramática e incurable herida causada por la desbandada del ochenta por ciento de su supuesta membresía y, al parecer falsa militancia. Otro más de esos organismos que nutren nuestra vida democrática, lo desgaja en mil pedazos las incontables camarillas o “tribus” en busca de satisfacer ambiciones inconfesables o saciar rencores ideológicos.

 

Ay de aquellos partidos que se rezagan y no renuevan y fortalecen sus pilares básicos como son los comité municipales y los seccionales. Pobre del agrupamiento electoral cuyos dirigentes carecen de recursos materiales e ideológicos para mantener alerta, electoralmente hablando, a sus militantes.

 

A estas alturas del calendario electoral de nuestro Estado, el instituto político cuyos líderes ya recorrieron el vasto territorio y visitaron cada uno de sus comités municipios, podría decirse que ya tienen la mitad de la victoria en sus manos. Solamente les falta la otra mitad representada por la calidad y atinada selección de sus próximos candidatos.

 

LAS ÚLTIMAS

TARASCADAS

 

La tardanza en la remuda de los funcionarios federales, obligó que el dirigente estatal del PRI de Aguascalientes, Guadalupe Ortega Valdivia, acusara al delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en ese estado, el panista Enrique Peralta Plancarte, de cobrar apoyos económicos de 5 por ciento a 10 constructores locales a cambio de tomarlos en cuenta para las obras públicas que realizará la dependencia federal este año en el estado.

El líder del tricolor afirmó que a su partido llegó suficiente información para dar a conocer que la delegación de la SCT ha estado haciendo mal uso del puesto. Detalló que al PRI han llegado constructores locales, quienes revelaron que diversas delegaciones federales, pero principalmente la de la SCT, y su titular, Enrique Peralta, han exigido desde su llegada al cargo sobornos a cambio de garantizarles contratos de obra.

El funcionario panista llegó al extremo de decirles que para obtener contratos en 2013 el apoyo económico tendrá que ser por “adela” y del doble, dijo. Estas acciones constituyen una falta de moral y posible delito que deberá ser investigado por las autoridades competentes, a las que el PRI ofrece el enlace con aquellos que han sido víctimas de este abuso, para agilizar las investigaciones, concluyó el líder priísta.

Son pues, las últimas tarascadas de los inmorales funcionarios panistas cuya falta de pudor mandó al relleno sanitario de la política a su destartalado partido. No andaba muy errado Benito Juárez cuando afirmó que “la reacción está impedida moralmente para ejercer el poder”. Y López Mateos que “Chihuahua, cuna de la revolución, no puede ser nido de reaccionarios”. Y Juan Pueblo que “la derecha oscurantista, jamás volverá a gobernar este país”.

LOS DE AYER Y

LOS DE AHORA

No a todos les es dado mantenerse vigentes en la grilla. El tiempo implacable y la inmovilidad contribuyen eficazmente a llevarlos al campo del olvido. No obstante, el tricolor, partido mayoritario en el escenario electoral, mantiene frescas y nutridas sus filas de prospectos y aspirantes al “sacrificio”, según presume su actual dirigente estatal.

En un breve repaso del pasado inmediato, veamos, por ejemplo, quienes figuraron como aspirantes a diputados federales, quienes llegaron, quienes se quedaron en un intento, pero sobre todo, quienes siguen vigentes en el escenario político.

Por el primer distrito electoral federal figuraron en las columnas políticas como prospectos: Leopoldo Canizales, Juan García, Jaime Flores, Héctor Lozoya, Gerardo Fierro, Maritza Sáenz, Margarita Castillo, Luis Francisco Calzada y Manuel “La Changa” Díaz.

Por el segundo distrito aspiraron Héctor Murguía, Roberto Reyes Rojas, Ruth María Ayala, Alfredo Urías y Alma Yolanda Morales.

Para el tercer Distrito, Guillermo Dowell, Antonio Andreu, Andrés Carvajal, Ernesto Anaya, Fernando Uriarte, Arturo Castro y María del Rosario Díaz Arellano.

Finalmente, por el cuarto distrito Alfredo Urías, Aurora López, Nora Elena Y, Ignacio Duarte, Patricia Royval y Mireya Porras.

Dentro de breves días escucharemos algunos de estos nombres y no pocos de la nueva hornada. Ojalá y sean mejores todavía.

NO BUSCARLE

3 PIES AL GATO

Muy adecuada la disposición del alcalde de Juárez don Héctor Murguía al cancelar la inoportuna e impolítica medida de establecer retenes de tránsito para hostilizar al electorado, precisamente en tiempos electorales.

Ya bastante irritación social provocaron los funcionarios de Aduanas, Migración y demás burócratas federales panistas que hincaron el diente sin piedad durante el repudiado “sexenio de Hidalgo”.

Encimarle al contribuyente además de as despiadadas exacciones de referencia, exigencias múltiples y simultáneas como el impuesto predial, el canje de placas, la calcamonía ecológica, etc, etc, significa, en términos políticos “buscarle tres pies al gato”. Durante la cuesta de enero, estas medidas tienen efectos indeseables.

Ya pasarán los comicios y habrá tiempo para ponernos al corriente en las contribuciones.

LIBRETON

POLITICO

Por fin empezaron a remudar los primeros funcionarios y delegados federales panistas, cuyo desempeño deja muy malos recuerdos a quien debieron haber servido como se debe… Gran alboroto del grillerío y la gallera política con motivo de la publicación de la Convocatoria del Tricolor para su vigésima primera asamblea nacional a celebrarse los primeros días del mes de marzo… Medio mundo de los polacos militantes firmes mueven sus influencias y exhiben sus méritos partidistas en busca de una oportunidad para asistir a tan significativo acto preelectoral…Mucho por el viejo, experimentado y fiel militante tricolor ingeniero Santiago Nieto por su exitoso desempeño como alcalde suplente del municipio juarense. Sabe más el diablo por diablo que por viejo…Algunos estudiantes y maestros de la secundaria y preparatoria “Francisco Villa”, inquietos por los aprestos para abrir un antro de “gays” a escasos pasos de su escuela…Se trata de la            taberna “Nebraska”, ubicada en el centro comercial de la esquina de Insurgentes y Emilia  Calvillo donde funciona tres negocios, una panadería, un laboratorio fotográfico y un acreditado restaurante… De los aspirantes a candidatos panistas a la presidencia municipal de Juárez, parece llevar la delantera el joven político Raúl García Ruiz frente a sus adversarios ya pasados de tueste… Ni con azogue consiguen reunir aspirantes juarenses para nutrir las filas del nuevo partido político de don Manuel López Obrador… Otro dolor de cabeza que no merece el alcalde juarense ingeniero Héctor Murguía: el destape de la cloaca del Fideicomiso de Obra Participativa (FIDOP)… Nomás seis pasos a desnivel se mandó hacer en su terruño, San Pablo Meoqui, el delegado panista de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, que por desgracia todavía no ha sido mandado “a jondear gatos por la cola”… Muchos panistas se duelen de cómo desaprovechó sus altos puestos el ingeniero Abelardo Escobar Prieto para servir a Juárez y voltear al revés ese  olvidado municipio. Escobar fue secretario de Estado y representante personal del presidente de la república, cosa que pocos han logrado… Por méritos propios el gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle se suma al grupo de gobernadores (Veracruz, Chihuahua y Distrito Federal) que han alcanzado proyección nacional… Amigo lector don Julián Méndez: ya le conseguí los nombres de los diputados federales panistas que formaron el grupo al que perteneció el ingeniero Escobar… Ellos son: Eugenia Galván, Francisco Jurado, Gregorio Meza, José Carlos Borunda, Patricio Reyes, Luis Villegas, David Rodríguez, Manuel Arturo Narváez y el propio Abelardo Escobar. Está usted mal servido. LOM.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Opinión

La corona que derribó al fiscal. Por Caleb Ordóñez T.

Published

on

By

Alejandro Gertz Manero no se fue por un solo escándalo. Su salida de la Fiscalía General es el cierre natural —y casi inevitable— de una historia acumulada durante décadas: un expediente no judicial, sino político, construido a fuerza de polémicas, enojos y decisiones que siempre parecían estar un milímetro antes (o después) del momento correcto. Una vida pública larga, tensa y llena de episodios que México nunca logró procesar del todo y que terminaron de golpe cuando la luz inesperada lo alumbró demasiado.

Para entender su renuncia, hay que regresar al principio. A 2001. A Puente Grande. A Joaquín “El Chapo” Guzmán desapareciendo como si el penal fuera un teatro mal montado. A un gabinete recién estrenado y a un secretario de Seguridad Pública —Gertz— que quedó tocado desde ese instante, aun cuando defendió hasta el cansancio que los penales no estaban bajo su control directo. Tenía razón en la letra, pero la política no se escribe con artículos constitucionales; se escribe con percepciones. Y la percepción quedó marcada: primera fuga, primer señalamiento.

Luego vendría “el caso familiar”, quizá el capítulo más corrosivo de su trayectoria. La denuncia por homicidio en contra de su excuñada Laura Morán y de su sobrina política, Alejandra Cuevas, terminó por convertirse en un espejo que devolvía una imagen poco favorecedora del fiscal. La figura jurídica de “garante accesoria”, que nadie encontraba en ningún código, la prisión de Cuevas, la reapertura del expediente cuando él ya era fiscal, y después los audios filtrados donde se quejaba del proyecto de sentencia de la Suprema Cort Ese episodio enterró la narrativa de imparcialidad y lo colocó en el centro del debate sobre el uso personal de la justicia. No su mejor capítulo.

Y sin embargo, tampoco ahí cayó.

Su paso por la FGR tuvo escenas memorables —algunas para bien, otras para museo del absurdo. Anunció con firmeza una cruzada contra la impunidad heredada: Odebrecht, Estafa Maestra, Pemex, la élite política del sexenio pasado. Era un fiscal que llegaba con autoridad intelectual: décadas de docencia, formación sólida en derecho penal, experiencia en seguridad y una convicción genuina de que el Ministerio Público tenía que recuperar su dignidad institucional. Ese punto —el positivo— hay que concedérselo: Gertz siempre habló de la Fiscalía como una institución que debía fortalecerse y, al menos en discurso, entendía la necesidad de autonomía y rigor técnico.

Pero entre lo que se quiere y lo que se logra suele haber un océano.

El caso Lozoya terminó convertido en una tragicomedia: el testigo estrella que prometía derribar a medio gabinete peñista terminó fotografiado en un restaurante, con un guion de colaboración que se desmoronó y un expediente repleto de promesas incumplidas. El famoso cheque de 2,000 millones de pesos, presentado en Palacio Nacional como “reparación del daño”, resultó más simbólico que real. Y mientras tanto, Rosario Robles vivió en prisión preventiva prolongada, exhibiendo el rostro más duro de la Fiscalía, mientras Lozoya parecía disfrutarse el fuero moral de la cooperación.

Su sello más polémico fue la justicia diferenciada. La exoneración exprés del general Salvador Cienfuegos tensó la relación con Estados Unidos; el intento de procesar a 31 científicos del Conacyt por delincuencia organizada levantó incluso carcajadas en los tribunales; los expedientes contra gobernadores y candidatos en temporada electoral alimentaron la narrativa de que la FGR olía más a estrategia que a proceso penal.

Y después llegó la guerra interna. El pleito con Julio Scherer, la batalla por el control de ciertos expedientes, las acusaciones cruzadas de extorsiones, venganzas y “operaciones sucias” mostraron una Fiscalía atrapada en el mismo laberinto político que juró superar.

Con todo, había una cualidad que incluso sus críticos reconocen: Gertz era persistente. Y conocía el aparato penal como pocos. Tenía método, obsesión por el detalle y una idea fija de orden institucional. No siempre funcionó, no siempre fue justa ni eficiente, pero era innegable que se trataba de un hombre que llevaba décadas pensando —de verdad pensando— en el sistema penal mexicano.

¿Entonces por qué renunció?

Porque la política no solo se derrumba por grandes actos de corrupción o colapsos institucionales. A veces cae por la presión inesperada del lugar menos imaginado. En este caso, una corona.

Todo estalló cuando México celebraba con júbilo el triunfo de Fátima Bosch como Miss Universo. Una mexicana ganando el certamen después de tantos años era un regalo para la narrativa nacional: orgullo, identidad, representación, el país hablando de algo luminoso por primera vez en semanas. Pero justo ahí, en plena celebración, comenzaron a circular los expedientes —sellados y empolvados en la FGR— relacionados con Raúl Rocha, presidente de la franquicia Miss Universo y vinculado en investigaciones mediáticas con presuntos contratos irregulares con Pemex.

La pregunta no era si existía una investigación. La pregunta era: ¿por qué se filtró justo ahora?

La respuesta implícita fue unánime: porque la FGR había perdido control interno. Porque intereses cruzados querían lastimar a la 4T. Porque la filtración no solo embarraba a un empresario, sino también a Bosch, la nueva joya mediática del país. Porque el triunfo, tan necesario en una nación saturada de malas noticias, se convirtió en combustible político en cuestión de horas. Porque México estaba celebrando una coronación, y alguien sacó un expediente que olía a guerra interna.

Eso, en Palacio Nacional, fue dinamita.

No se podía permitir que una victoria global, limpia y emocional, se convirtiera en pleito burocrático. Mucho menos cuando la Presidencia buscaba proyectar una nueva etapa institucional y evitar conflictos con la industria cultural y de entretenimiento que ya estaba devolviendo atención internacional al país. Gertz había sobrevivido a todo: a expedientes fallidos, a presiones, a audios filtrados, a críticas internacionales. Pero tocar un símbolo recién coronado fue otra cosa. Transformó un problema jurídico en un problema político. Y en México, los problemas políticos se resuelven de una sola forma: pidiendo renuncias.

El 27 de noviembre de 2025, presentó la suya.

Salió con un extraño nombramiento diplomático y un comunicado sin dramatismos, pero cargado de silencios. Fue la despedida de un fiscal que quiso ser reformador, que terminó siendo símbolo de poder concentrado y que cayó no por un caso penal, sino por una coronación que puso demasiados reflectores sobre sus polémicas.

Y así, la corona de Fátima Bosch terminó abollando algo más que el ego de los críticos: terminó abollando, también, el trono del fiscal más poderoso del México reciente.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto