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MGMT arranca el orden al caos

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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de abril.- Englobar la corta carrera de MGMT con un adjetivo resulta una misión imposible para sus propios integrantes. Acostumbrados a calificativos que van de lo barroco a lo sicodélico —con escalas en la electrónica y el pop— los estadunidenses han decidido no preocuparse por encajar. Con cada uno de sus disco, dos larga duración que sacudieron la industria, lo han hecho evidente.

Oracular Spectacular (2007) y Congratulations (2010) bastaron para que el grupo llamara la atención de propios y extraños. En una época en que parece difícil sorprender, Andrew VanWyngarden (voz, guitarra, teclados, bajo y batería) y Benjamin Goldwasser (voz, teclados y guitarra), el núcleo central del grupo, lo lograron con un sonido electrónico y caótico, que explota los sintetizadores mientras los conjuga con letras que pueden ser tan divertidas como reflexivas. Tan amplio es el panorama que han ofrecido hasta ahora, que ni siquiera ellos mismos saben cómo etiquetarse.

La Academia de la Grabación, los responsables de los Grammy, los encasillaron en el pop cuando los nominaron a Mejor Interpretación Pop de un Grupo en 2010 por su tema Kids, en el mismo año en que también aspiraron al gramófono como Mejor Artista Nuevo pero, a decir de Benjamin, lo que hace MGMT va mucho más allá.

“Hay quien dice que somos pop, otros más piensan en nosotros como una banda de música electrónica y habrá quien sólo nos vea como un grupo hipster pero lo cierto es que nosotros no nos sentimos nada de eso.

Somos un poco de todo, de todo ese caos tratamos de sacar algo nuevo para la gente y, trabajando así, es difícil etiquetarnos, del caos nunca sabes qué puede salir”. aseguró, en enlace telefónico desde Nueva York, el músico.

Durante la charla, exclusiva para Función, Goldwasser aseguró que los tiempos que se viven actualmente, con crisis económicas, protestas sociales y apertura tecnológica, los han beneficiado pues a partir de esas situaciones se han dado cuenta de las posibilidades que existen para expandir sus horizontes musicales. Por eso mismo no sienten presión sobre ellos. Ser considerados uno de los actos más propositivos de los últimos años, capaz de salirse de las fórmulas radiables, les funciona más como una ventaja que como una loza que deban cargar.

“Como grupo estamos viviendo una etapa increíble porque llegamos a una posición en que la gente no espera nada particular de nosotros. Nuestros dos primeros discos fueron muy distintos entre sí y con ese argumento podemos cambiar por completo para el siguiente álbum. La única presión que sentimos ahora mismo es la de trabajar de un modo que siga siendo divertido y que nos permita seguir en la búsqueda de algo nuevo, algo loco que la gente no hubiera creído posible”, expresó Goldwasser, quien, al lado de Andrew y del resto de músicos que los acompañan en las giras — Will Berman, Matt Asti y James Richardson — volverá a girar tras una pausa de casi nueve meses.

El tiempo alejado de los escenarios, según Goldwasser, le permitió tener una nueva perspectiva sobre su carrera. Según el músico, de 29 años de edad y originario de Indiana, el descanso era necesario pero ahora ha llegado el momento de volver a los escenarios.

Con su tour, que ya los llevó por Sudamérica en donde participaron en los festivales Lollapalooza de Chile y Brasil así como en el festival Quilmes Rock 2012 en Buenos Aires, vuelven a México, país que no visitan desde 2008 cuando tocaron como parte del cartel del festival Motorkr. Ahora lo harán en el Palacio de los Deportes, el próximo miércoles 11 de abril.

“Recuerdo con mucho gusto al público mexicano. Desde ese primer concierto me pareció un pueblo al que no le cuesta trabajo divertirse y eso lo hace increíble para nosotros, lo hacen todo mucho más sencillo”, comentó el músico.

Cuestionado sobre la clave de su éxito, que los ha llevado a un público que abarca desde adolescentes hasta adultos, Goldwasser dijo que canciones como Time to pretendKids y Elctric Feel pueden relacionarse con cualquiera que se detenga a escucharlas sin importar desde qué perspectiva se les aborde.

“Todos los cambios que se están viviendo ayudan. Han dado a la gente más apertura y más ganas de escuchar cosas distintas y esa ha sido nuestra principal ventaja. Nosotros desde un principio teníamos claro que queríamos disfrutar nuestra propia música, sin preocuparnos por hacer felices a todos o por anticipar la respuesta de la crítica. Todos esos son factores que te distraen y hacen que te olvides del objetivo que debe ser disfrutar lo que haces”, explicó el músico, quien agregó que la transformación que vive ahora la industria musical no debe ser vista como un obstáculo para los artista y sí como una oportunidad para lanzar más y mejores propuestas.

“No hay nada escrito y esa es la realidad. Hay quien gana dinero con la venta de sus discos y hay quien lo hace con sus conciertos. Lo importante de todos esos cambios es que la gente ha devuelto el valor a la música y no al negocio que la rodea. Ya no se trata de consumir lo que te venden sino lo que te gusta y eso es bueno y será mejor cuando se encuentre la fórmula que permita que todos ganen algo con su trabajo. Soy muy optimista con el futuro de la música”, concluyó el músico.

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Juárez

Juarenses disfrutan del monólogo “La vida inútil de Pito Pérez” en el MAHCH

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El público juarense disfrutó del monólogo “La vida inútil de Pito Pérez”, una de las propuestas teatrales más esperadas dentro de la edición 28 del Festival de la Ciudad, que se realizó en el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal (MAHCH).

La actividad se llevó a cabo con acceso gratuito y formó parte de las celebraciones por los 366 años de la fundación de Ciudad Juárez.

La puesta en escena ofreció una interpretación profunda y mordaz del mítico personaje creado por José Rubén Romero, llevando al escenario un retrato crítico y, al mismo tiempo, entrañable del México que se debate entre la ironía, la injusticia social y la belleza de la filosofía callejera.

La adaptación y dirección, a cargo de Luis Castañeda, permitió al público adentrarse en el universo de un personaje vagabundo que observa con lucidez a la sociedad y sus contradicciones. Su lectura teatral enlazó el lirismo de la obra original con un montaje contemporáneo y cercano para los asistentes.

Sobre el escenario, la interpretación de Hugo Caro destacó por su intensidad y desarrollo emocional del protagonista.

El actor cuenta con participaciones en el documental La Farsa, el cortometraje Yo sé que puedo y colaboraciones en el programa Caso Cerrado, mientras que Castañeda ha impulsado iniciativas culturales como el “Tercer Festival de Teatro de 24 Horas” en El Paso, además de talleres de creación literaria y cinematografía.

El IPACULT destacó que la obra fue dirigida especialmente a mayores de 14 años y representó una oportunidad para vincular el patrimonio cultural y el teatro, aprovechando el recinto como marco para una historia que dialoga con la identidad mexicana.

Con la presentación del monólogo, el Gobierno Municipal y el Instituto para la Cultura del Municipio de Juárez fortalecieron su compromiso con la preservación del patrimonio artístico, acercando a la comunidad a una de las narraciones más emblemáticas de la literatura nacional, ahora reinterpretada desde la frontera norte.

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