Este domingo son las elecciones y el candidato “abstencionismo” lleva un indiscutible primer lugar en las encuestas. César Duarte ganó la gubernatura con poco más de 600 mil votos de los cerca de 2.5 millones de electores, es decir, la quinta parte de los chihuahuenses votaron por él.
Esta elección bien podría ser definida por los jóvenes, pues si se comprometieran a votar, podrían por sí mismos definir quién gana y quién pierde estas elecciones, pues son más de 315 mil votantes.
El rango que les sigue es el de los chihuahuenses de 30 a 34 años, quienes reúnen 308 mil votantes. La población senil empieza a aumentar y los jóvenes a decrecer, así que en unas décadas tendremos gobernadores impuestos por los abuelitos.
Las mujeres también podrían ser las indiscutibles votantes, pues suman un millón 293 mil 775 electoras, contra millón 267 mil 91 electores.
Así, no se espera que los próximos alcaldes, diputados y demás funcionarios lleguen con más del 30% del respaldo popular, una señal clarísima de que los chihuahuenses no se identifican ni se sienten representados por ellos ni por sus propuestas.
A esto hay que sumar unas campañas insípidas, sin ningún contraste de propuestas ni de candidatos, sin ideologías ni proyectos bien diferenciados, sin participación ciudadana, con partidos desdibujados, entremezclados y divididos; con coaliciones convenencieras y algunas hasta mezquinas y, en suma, un marranero político.
Así es que no se votará la propuesta de Miguel Riggs contra la de Javier Garfio, sino que estarán en juego la maquinaria electoral priísta contra el voto de castigo contra ese partido. Lo demás será pura apatía y acarreo.
Los panistas le apuestan a eso, al voto de castigo, al despertar de conciencias azules que salgan masivamente a derrocar al PRI que tanto critican, a las juventudes hartas de no ser tomadas en cuenta. Lo cierto es que eso difícilmente pasará. Todo apunta a que el PRI va a ganar los principales espacios.
Es por eso que en el PAN se habla con insistencia de, inmediatamente después de las elecciones, entablar una nueva campaña, más aguerrida que la anterior, por el control del partido, el cual confían recuperará su posición dentro de algunos pocos años.
En el caso de los “morenos” que en las pasadas elecciones federales lograron posicionarse en el segundo lugar de preferencias, gracias a Andrés Manuel López Obrador, ahora están hundidos.
Con el PRD vendido, entre ellos divididos y fanatizados y sin liderazgos ni organización alguna, así esperan ir a las urnas, pero a anular su voto, algo que a juicio de muchos no sirve absolutamente para nada, a menos que fuera masivo, pero eso jamás pasará.
Los gobiernos federal, estatal y municipal ya también giraron instrucciones: Todos encerraditos, nada de vehículos públicos en las calles haciendo ningún tipo de actividad para evitar malos entendidos. Así lo ordenaron el presidente Enrique Peña Nieto, el gobernador César Duarte y los alcaldes de Chihuahua.
Las oficinas permanecerán cerradas para los mismos propósitos y simplemente no hace falta dar motivos a la oposición para denuncias; el trabajo que se tenía que hacer ya está hecho, todo ya está preparado en su sitio y ahora solo falta ejecutar el plan maestro y esperar los resultados.
Luego de las campañas vendrá un breve descanso, pues todos los que le entraron en serio andan fatigados y no querrán saber nada de nadie en algunos días.
El gobernador Duarte, aseguran, prepara cambios en su gabinete. Esto para afinar la segunda mitad de su mandato, cuando la cumbre del poder fue alcanzada y va de bajada.
En el caso de los alcaldes, estos ya preparan su despedida con sabor a “hasta luego”, pues tanto Héctor Murguía como Marco Quezada aspiran a la gubernatura. Los alcaldes de municipios pequeños irán preparándose para alcaldías, diputaciones federales o lo que les depare el destino.
Marco ya decidió que su último informe será en la Plaza de Armas, su obra emblemática.
Un hecho que enlutó al ambiente político, aunque no crea que tanto, fue la muerte del presidente municipal de Uruachi, Aldo Campos, pero no, no lo asesinaron como al de Guadalupe y Calvo. Campos murió de causas naturales.
El gobernador César Duarte y las autoridades electorales, federales y militares ya tienen planeadas las acciones para garantizar paz durante la jornada electoral. Probablemente lo logren pues los capos ya asesinaron, amenazaron e impulsaron a quienes debían.
Este domingo, salga a votar, pues es la única herramienta ciudadana para hacer valer nuestra voz. Ya sea que prefiera a un partido, al otro, a todos juntos o hasta al gato Morris, pero no deje de participar porque a quienes ejercen el poder de manera irresponsable les gusta cuando calla, porque está como ausente; mientras que los buenos gobernantes necesitan del respaldo y del involucramiento ciudadano para avanzar como sociedad. Participe.
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