El director, productor y una protagonista presentaron en Chicago el documental polaco «Santa Rosa Odisea al son de Mariachi», sobre la historia de refugiados de guerra polacos en México durante la Segunda Guerra Mundial.
Fueron 1.500 personas autorizadas por el entonces presidente mexicano, Manuel Ávila Camacho, que llegaron en dos grupos y se instalaron en un campamento de refugiados levantado en una hacienda de la comunidad de Santa Rosa, en León, Guanajuato.
El productor del filme, Piotr Piwowarczyk dijo a efe que esto es «un episodio prácticamente desconocido de la Segunda Guerra Mundial que se convirtió en una historia de solidaridad humana, tolerancia y bondad».
Los refugiados habían sido deportados de Siberia en trenes de ganado por los soviéticos y encontraron un lugar en México después de pasar inclusive por Irán. Muchos de ellos permanecieron tres años en el campamento, después se mudaron a otros lugares de México y algunos se radicaron en Chicago.
«Yo tenía entonces 14 años pero recuerdo vivamente las noches cálidas y los mariachis cantando ‘La cucaracha’ y canciones de amor para Teresita», dijo a Efe Teresa Sokolowska en una conferencia de prensa realizada en el consulado polaco en Chicago.
En su memoria conserva la «fascinación» de los mexicanos por la presencia polaca en su territorio, y el cariño y bienvenida recibidos al llegar a Santa Rosa que para ella era «el paraíso perdido».
Se estima que en esta ciudad y suburbios viven alrededor de un millón de polacos, lo que sumado a los dos millones de inmigrantes de origen mexicano radicados en el área promete un lleno total mañana cuando se exhiba el filme en el auditorio del Centro Copérnico de esta ciudad.
Será la tercera presentación del documental dirigido por Slawomir Grunberg después de su estreno en Polonia y en León, el mes pasado cuando se cumplieron 70 años de la llegada del primer grupo de refugiados a Santa Rosa.
La historia del documental es presentada por los ojos de Joanna Matías, una joven abogada polaca que viaja a México en busca de la tumba de su abuelo Jozef Wiercinski, fallecido en el vecino país en 1948.
Su abuela Alina y su abuelo Jozef fueron los primeros en casarse en la hacienda, donde luego habría de nacer Bogdan, quien sería el padre de Joanna.
Enterado de la búsqueda realizada por Joanna, el productor Piwowarczyk resolvió incorporarla al guión del documental que había comenzado a elaborar en 2010 cuando se enteró de la existencia del campamento de refugiados polacos durante una recepción en la embajada de su país en la ciudad de México.
«Primero interesé al director Grunberg y luego investigamos durante un año en archivos de ciudades de California, Chicago, Washington y el Distrito Federal de México», señaló.
«Tuvimos que trabajar rápido para recoger los testimonios de la gente que aparece en el documental, porque se trata de personas que ya pasaron los 80 años de edad y algunos de los que figuraban en nuestra lista fallecieron antes que pudiéramos consultarlos», agregó.
Piwowarczyk, radicado en Puerto Escondido, Oaxaca, desde hace cuatro años, hizo el documental para agradecer y «mostrar al mundo entero el ejemplo de humanidad del pueblo mexicano».
El productor anticipó que su próximo trabajo será un documental y retrato artístico que mostrará las raíces polacas de la escritora Elena Poniatowska, nacida en París y criada en México.
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