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A cuanto ascienden los daños que se vieron en The Avengers

La compañía Kinetic Analysis, especializada en analizar el coste económico de desastres, tasó en 160 mil millones de dólares los daños que hubiera supuesto para Nueva York la batalla entre héroes y villanos en «The Avengers», informó hoy The Hollywood Reporter.

El impacto sería superior al originado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 (83.000 millones), por el huracán Katrina (90.000 millones) o por el tsunami de Japón del año pasado (122.000 millones), aunque en términos de catástrofes cinematográficas aún rigen las producciones de Roland Emmerich.

«Comparado con los extraterrestres de ‘Independence Day’, por ejemplo, estos tipos son unos aficionados», se aseguró en el informe.

En «The Avengers» un grupo de superhéroes de cómic de Marvel encabezado por Iron Man, Hulk, Capitán América y Thor defiende la civilización del ataque del dios Loki y su ejército de alienígenas que pretenden erigirse en dominadores del mundo en una batalla de dimensiones épicas que transcurre en Nueva York.

«Esa alianza está más interesada en conquistar y dirigir, mientras que en ‘Independence Day’ los alienígenas buscaban comida o algo así», se indicó desde Kinetic Analysis, en referencia a unos extraterrestres que venían a la Tierra a consumir todos los recursos y aniquilar la vida.

Emmerich es el artífice de las mayores «megadestrucciones» del cine, tal y como sucede en «The Day After Tomorrow» o en su apocalíptica «2012».

La evaluación de daños de «The Avengers» estima que la invasión frustrada supondría entre 60.000 y 70.000 millones de dólares en destrozos, a los que habría que añadir 90.000 millones en tareas de reconstrucción.

Kinetic Analysis predice que al margen de la desorbitada cifra final habría un serio problema para determinar quién se tendría que hacer cargo de pagar la factura.

«La mayoría de las pólizas de seguros tienen apartados especiales para actos de guerra, revueltas civiles o terrorismo. Dada la implicación de individuos considerados deidades en algunas culturas (Thor, Loki) es incluso posible que se clasificara el evento como un ‘acto de Dios’, aunque eso estaría sujeto a un debate teológico y legal», explicó el informe.

«The Avengers» se ha convertido en el mejor estreno de un película durante un fin de semana en EE.UU., con una recaudación en taquilla por encima de los 200 millones y unos ingresos globales que ya superan los 700 millones.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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