Jorge Álvarez Máynez, candidato a la presidencia por Movimiento Ciudadano, fue recibido con críticas y confrontaciones al llegar a la casilla 4533 en la calle Juan Escutia 67, en la Colonia Condesa, alcaldía Cuauhtémoc. Máynez, acompañado de su familia y varios simpatizantes, se dirigía a emitir su voto cuando fue abordado por vecinos que cuestionaron su presencia en el lugar.
Algunos residentes no ocultaron su molestia y le gritaron frases como: «¡Tú ni vives aquí!» y «Qué lástima que nos tocó votar aquí contigo». Un vecino exclamó: «Qué horror, ni vive aquí», mientras otro le exigió que se formara como cualquier otro ciudadano para cumplir con su deber cívico. La tensión era palpable cuando se escuchó un rotundo «¡Fórmese!» dirigido al candidato.
El incidente subraya la polarización y los sentimientos encontrados que la candidatura de Máynez ha generado entre algunos sectores de la población. La alcaldía Cuauhtémoc se convirtió en un escenario de confrontación en lugar de celebración democrática.
A pesar de los desafíos, Máynez continuó con su intención de votar, manteniendo la compostura frente a las críticas. Este evento resalta la intensidad de la contienda electoral y el fervor con el que los ciudadanos están participando en este proceso.
Vecinos de la Cuauhtémoc atacan a Máynez al acudir a votar – Captura de pantalla
En estas elecciones, se espera la participación de aproximadamente 95 millones de mexicanos, en un proceso que incluye la renovación de la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión, ocho gubernaturas, la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, así como congresos locales, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías. En total, se elegirán más de 19 mil cargos en todo el país.
Los estados donde se elegirán nuevos gobernadores son Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Este proceso electoral es considerado el más grande en la historia de México, no solo por la cantidad de cargos en disputa, sino también por su impacto en el futuro político del país.
Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.