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Aclaman a los campeones Sub-17 durante un desfile por la ciudad

Con vítores, agitar de banderas y de manos, una multitud copó los diversos puentes peatonales que atraviesan el Periférico rumbo a Paseo de la Reforma, para sumarse a los festejos y saludar a la gloriosa tripulación del turibús que llevó a la selección Sub-17, campeona del mundo, al lugar donde se desbordan las pasiones: el Ángel de la Independencia.

El sentimiento exaltado de nacionalismo triunfal arrancó algunos gritos de ¡a güeeevo! y ¡somos chingones!, de gente que se arriesgó entre las decenas de motociclistas que abrían paso a la caravana, mientras desde balcones, banquetas y diversos negocios algunas personas enfocaban sus cámaras fotográficas y celulares para captar imágenes de los jóvenes.

Para estos jugadores que comienzan a alejarse de la infancia resultó un trayecto divertido, una catarsis tras casi un mes de estar concentrados, bajo el acoso de la dietista, quien llegó a despojarlos de sus golosinas en una salida que tuvieron al cine; de la sicóloga y el rigor del preparador físico, así como del propio entrenador Raúl Gutiérrez.

Los futbolistas portaban la playera verde con su número en la espalda. El 14, Luis Guzmán, se plantó un sombrero negro de charro, mientras miraba a sus compañeros atarearse firmando playeras y autógrafos. El desfile partió a las 11:05 del hotel, sede de su concentración, al grito de ¡México, México!

Breves comentarios hicieron al subir al vehículo. Es increíble todo lo que estamos viviendoes momento de festejar con la gente, de disfrutar con la familia, expresaron Francisco Flores y Jorge Espericueta. Asimismo, el anhelo generalizado es debutar en el máximo circuito en sus equipos.

Hubo tramos en que los saludos con las manos desde el turibús eran dirigidos a los automovilistas que transitaban sobre Periférico hacia el sur; varios detuvieron su marcha para disparar la cámara del celular, y pese al bloqueo que generaban, pocos conductores se quejaron, la mayoría no tuvo más remedio que sonreír, en tanto que otros sincronizaban claxonazos al festivo: tu, tu, tu, tu, tu…

Jorge Espericueta, Carlos Fierro y Julio Gómez por momentos alzaban orgullosos los trofeos que los distinguían como los mejores de un Mundial que fue enteramente suyo. A ratos la fiesta era tal que los campeones cimbraron el turibús con brincos para entonar el oeee, oeee, oeee, oe, oe, oe, campeón, campeón… Oeee…

El trayecto no fue todo fácil, había que estar atentos en algunos cruces donde se advertía que la altura era de cuatro metros, entonces, los Sub-17 se agachaban para librar el bloque de cemento, para luego volverse a levantar y saludar a toda clase de personajes: albañiles con cascos, atrincherados en un edificio en construcción; barrenderos que suspendían su labor unos instantes; oficinistas y hasta soldados con ropa de fajina, quienes también fotografiaron a los monarcas del mundo.

En el Ángel de la Independencia la romería tuvo su esplendor con infinidad de flashazos, gritos histéricos, el lance de playeras hacia los campeones, quienes las devolvían autografiadas, y el infaltable baño de espuma artificial. Se vendió de todo: banderas, trompetas, playeras con la palabra campeones, vendajes del tipo usado por Julio Gómez, llaveros, tazas, coronas de cartón, nieves, botellas de agua… Tampoco aquí faltó el Cielito lindo, entonado por grupos de jóvenes.

A mayor velocidad, el camión enfiló hacia Insurgentes Sur para tomar avenida Chapultepec rumbo a Los Pinos, donde los campeones fueron recibidos por el presidente Felipe Calderón, y pocos fueron los que entonces se atrevieron a correr detrás del vehículo. Tras la escala en la casa presidencial, los monarcas celebraron una comida en el restaurante Arroyo, donde departieron con sus familiares.

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¿Cómo pueden castigar a Honduras por la agresión al Vasco Aguirre?

De acuerdo con el reglamento de la CONCACAF Nations League estipula que las sanciones pueden ser una multa económica, la cual puede ir desde los 3,000 dólares hasta los 10,000 dólares, dependiendo la gravedad de la infracción y lo que decida la comisión disciplinaria.

“26.1.4 Falta de Seguridad – por parte del equipo anfitrión, será sancionada con multas entre USD 3,000 y USD 10,000 dependiendo de la severidad de la Infracción, incluyendo pero no limitado a lo siguiente:

  • Inadecuada revisión de los espectadores y sus pertenencias, tales como bolsos, mochilas, carteras y otros;
  • Reacción inadecuada al uso de bengalas y otros fuegos artificiales en el estadio por parte de los espectadores;
  • Reacción inadecuada al lanzamiento de objetos al terreno de juego o en las gradas por parte de los espectadores;
  • Personal de seguridad inadecuado en el estadio;
  • Ingreso de espectadores al terreno de juego;
  • Permitir la entrada, por parte de los espectadores, de banderas, pancartas o banners no autorizados.”

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