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Revista

Adrián Uribe se recupera tras cirugía por fisura intestinal

El actor y comediante Adrián Uribe sigue en recuperación luego de haber sido operado de una fisura intestinal, aunque todavía no hay fecha para que egrese del hospital, donde se encuentra desde el lunes.

En entrevista, Juan Carlos Uribe, hermano del humorista, compartió que Adrián está muy tranquilo y recuperándose en un cuarto tras la cirugía que lo tomó por sorpresa, pues estaba de vacaciones con la familia.

“Estaba en compañía de mis hermanos cuando algo que comió le cayó mal y de inmediato lo trajeron para la ciudad, pues estaba en Acapulco”, comentó Juan Carlos, quien señaló que la atención que recibió su hermano ha sido rápida, lo que ha favorecido su recuperación.

Rechazó que el regreso al hospital de Adrián haya sido por el viaje que hizo a Rusia a escasas semanas de que lo dieron de alta por los problemas intestinales que padeció en mayo. “Eso no tuvo nada que ver, en esta ocasión fue un alimento que le cayó mal”.

Juan Carlos Uribe también informó que el protagonista de la película “Suave patria” ya no se encuentra en terapia intensiva. “Ya está mejor y más tranquilo y, bueno, sólo queremos que se recupere». De igual forma, los doctores no han dicho aún cuando podría salir, pero podría ser en un par de días.

“Todo está fluyendo bien y rápido, lo cual agradecemos, así como las muestras de cariño”, señaló Juan Carlos, quien al igual que toda la familia ha estado pendiente de la evolución del estado de salud del actor.

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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