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Revista

Adrián Uribe se recupera tras cirugía por fisura intestinal

El actor y comediante Adrián Uribe sigue en recuperación luego de haber sido operado de una fisura intestinal, aunque todavía no hay fecha para que egrese del hospital, donde se encuentra desde el lunes.

En entrevista, Juan Carlos Uribe, hermano del humorista, compartió que Adrián está muy tranquilo y recuperándose en un cuarto tras la cirugía que lo tomó por sorpresa, pues estaba de vacaciones con la familia.

“Estaba en compañía de mis hermanos cuando algo que comió le cayó mal y de inmediato lo trajeron para la ciudad, pues estaba en Acapulco”, comentó Juan Carlos, quien señaló que la atención que recibió su hermano ha sido rápida, lo que ha favorecido su recuperación.

Rechazó que el regreso al hospital de Adrián haya sido por el viaje que hizo a Rusia a escasas semanas de que lo dieron de alta por los problemas intestinales que padeció en mayo. “Eso no tuvo nada que ver, en esta ocasión fue un alimento que le cayó mal”.

Juan Carlos Uribe también informó que el protagonista de la película “Suave patria” ya no se encuentra en terapia intensiva. “Ya está mejor y más tranquilo y, bueno, sólo queremos que se recupere». De igual forma, los doctores no han dicho aún cuando podría salir, pero podría ser en un par de días.

“Todo está fluyendo bien y rápido, lo cual agradecemos, así como las muestras de cariño”, señaló Juan Carlos, quien al igual que toda la familia ha estado pendiente de la evolución del estado de salud del actor.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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