El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, alertó que en los próximos comicios podrían volverse a presentar reclamos sociales como riesgos para el ejercicio del sufragio, “dada la tensión política que se manifiesta en una elección presidencial como la que vendrá en 2018”.
Por eso se pronunció en pro de políticas públicas que encaucen los problemas sociales “para evitar que se conviertan en una motivación frente a las elecciones por venir”.
Córdova recibió ayer el informe realizado por la Misión de acompañamiento de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) respecto a las elecciones.
En ese marco, a 28 días de la jornada electoral, el consejero aseguró que desde su perspectiva “el sistema nacional de elecciones, no sin ciertos temas de agenda pendiente, superó su primera prueba”.
Expuso su coincidencia sobre el informe de la Uniore presentado ayer por Salvador Romero, secretario ejecutivo del Centro de Asesoría y Promoción Electoral (IIDH/CAPEL), respecto a cambios legales y reglamentarios.
Estos se refieren a la revisión de las facultades del INE en tareas jurisdiccionales, la revisión de los cálculos de rebase de topes de campaña para evitar la simulación y entorno al registro y iniciación de los candidatos independientes.
Romero en tanto, hizo un recuento de los hallazgos de las tareas de observación y planteó las paradojas que enfrenta México, una de ellas respecto a que hubo más equidad que en todos los procesos anteriores, pero la percepción ciudadana es que no la hay.
Las reformas electorales “han conseguido los máximos niveles de equidad de la historia político electoral y política mexicana y sin embargo en esta paradoja que hay entre los hechos y las percepciones hay un énfasis muy fuerte de la ciudadanía y una queja recurrente sobre la inequidad en la competencia política.
“Lo que vive México es una paradoja entre sus logros y las percepciones ciudadanas que parecen estar marcadas por el desencanto y a veces incluso por el cinismo”.
Romero expuso que las reformas electorales pusieron a los organismos electorales “en la cornisa” por sus responsabilidades técnicas y de monitoreo de las campañas electorales, además de la necesidad de resolver la rendición de cuentas.
Vanguardia