Al menos 124 personas han muerto debido a la epidemia de peste bubónica y neumónica que padece Madagascar desde finales de agosto, de la que hasta ahora hay mil 192 casos confirmados, según el último balance publicado este miércoles por la ONU.
De estos casos, el 67 % se corresponden a la variante pulmonar de la enfermedad, más peligrosa y difícil de tratar que la linfática, que puede causar la muerte en 24 horas si no es tratada a tiempo con antibióticos.
Los datos facilitados por la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA, siglas en inglés) muestran que 14 de las 22 regiones del país registran casos de peste neumónica, e indican que 780 pacientes se recuperaron ya de la enfermedad desde que comenzó la epidemia.
Según la OCHA, solo se puede seguir el rastro de menos del 30 % de las personas que han tenido contacto con enfermos, lo que puede dificultar la contención de la enfermedad, que en su variante pulmonar se puede contagiar de humano a humano a través de excreciones bucales como tos o saliva, algo que no ocurre con la bubónica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la cuarentena para aislar el contagio, que también puede producirse por contacto entre humanos y animales, ya que la bacteria está presente en roedores salvajes y en sus pulgas.
Esta institución ha puesto en marcha un sistema con unos 2 mil trabajadores para identificar «todos los contactos» de personas posiblemente infectadas para ponerlos bajo profilaxis antibiótica.
Por ello confía en poder contener la transmisión y «revertir rápidamente la tendencia» negativa, aseguró el pasado día 20 el director regional de Emergencias para África de la institución, Ibrahima Soce Fall.