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Salud y Bienestar

Alimentos contaminados pueden producir 200 enfermedades

En la celebración por el Día Mundial de la Salud se recuerda que los alimentos mal cocinados o contaminados pueden provocar 200 enfermedades. Ese hecho afecta a 580 millones de personas en el mundo anualmente y provoca la muerte de 380.000.

«Todos necesitamos comida, pero ¿los alimentos que consumismos son seguros?», se preguntó el representante de la Organización Mundial de la Salud en Paraguay, Carlos Castillo.

De esa forma explicó que muchos alimentos contaminados con bacterias, virus o sustancias químicas pueden provocar 200 tipos de enfermedades, desde la diarrea hasta el cáncer.

La mala manipulación de los alimentos afecta a 580 millones de personas en el mundo y causa la muerte de 350.000 al año. En América, 1 de cada 4 personas sufren enfermedades trasmitidas por la comida que diariamente se consume, apuntó.

«Las conexiones de la cadena alimentaria impulsaron al aumento y el número frecuente de estas enfermedades, al igual que la urbanización acelerada porque las personas consumen más comida preparadas fuera de casa», indicó.El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril de cada año en conmemoración del aniversario de la fundación de la OMS en 1948.

Todos los años se elige un tema relacionado con un área prioritaria de la salud pública. Este años es la inocuidad de los alimentos, destinada a proteger de los riesgos de intoxicarse o enfermarse por alimentos contaminados.
La recordación se realizó en la sede del Ministerio de Salud con la presencia del presidente de la República, Horacio Cartes y otras autoridades del país.

El ministro de Salud, Antonio Barrios, señaló que en la última década, el mundo se enfrentó a una seria crisis alimentaria provocada por la contaminación de alimentos, a pesar del mayor conocimiento y desarrollo tecnológico.

«Nuevos riesgos vinculados a los alimentos emergen cada cierto tiempo y los brotes de enfermedades trasmitidas por alimentos se han multiplicado, incrementando los costos económicos sociales y comerciales asociados a la prevención y control», expresó.

Educación en la escuela

La ministra de Educación, Marta Lafuente, destacó que se estudia todo el sistema de salud y el cuidado de la vida a lo largo de todos los años lectivos.

«Cuánto de estos aprendizajes se convierten en hábitos y buenas prácticas ya es otro tema que debemos mejorar», afirmó.

Pero destacó que en las escuelas y colegios siempre hay competencias relacionadas al cuidado de toda la cadena alimentaria y contenido científico del cuidado a la vida.

«Un tema que debemos trabajar mucho es entender que el alimento que proveemos debe ser seguro y sano porque es tan grave el hambre como la alimentación no segura y no cuidada suficientemente para nuestros escolares, por la cantidad de daño que ocasiona eso», afirmó.

El Día Mundial de la Salud 2015 es una oportunidad para alertar a quienes trabajan en diferentes sectores del Gobierno, a los campesinos, a los fabricantes, a los minoristas, a los profesionales sanitarios y a los consumidores de la importancia de la inocuidad de los alimentos, y concienciarlos del papel que cada uno puede desempeñar para que todos tengamos confianza en los alimentos que nos llegan al plato.

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Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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