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Revista

Ana Gabriel recibe las llaves de Miami

La cantautora mexicana Ana Gabriel recibió hoy las llaves de la ciudad de Miami, Estados Unidos, en donde reside desde hace unos años, por su aporte musical para Hispanoamérica.

La intérprete de Mar y Arena y Quién como Tú recibió la presea de manos de Ryan Dolley, miembro del Comité Internacional del Alcaldía de Miami, oficina que comanda el cubano Tomás Regalado, quien se encargó de conducir la sencilla ceremonia.

«Es un honor honrar a alguien que como hispana va con su voz por el mundo y recorre Estados Unidos diciéndoles a todos lo que los hispanos hemos hecho, nuestro aporte en todos los sectores y en la música también”, dijo Regalado.

Exhorto a todos los latinos a que seamos fieles a nuestras raíces y leales al país que nos acoja”, comentó en la ceremonia Ana Gabriel, quien después dijo que le hubiera gustado que su madre hubiera estado en este momento a su lado.

«Nunca es tarde para decirlo porque siempre por el trabajo no pude estar al lado de ellos… pero esas ausencias no dejan ninguna pena en mi alma sólo agradecimiento porque cumplí con sacarlos adelante”, dijo la cantautora.

Ana Gabriel recibió la visita de una fan que lloró durante su concierto del pasado 27 de octubre en Miami y ella paró el show para confortarla. “Esa es la experiencia emocionante que hace la música”, dijo Regalado.

La cantautora originaria de Guamúchil, Sinaloa, saltó a la fama tras lograr un tercer lugar en el Festival OTI de Lisboa, Portugal en 1987, el cual le abrió las puertas que la hizo conocida en toda América Latina. Sus temas Quién como Tú, Simplemente amigos y Ay amor le han dado la vuelta a Latinoamérica.

Para Ana Gabriel es su segundo reconocimiento en menos de un mes pues el pasado 19 de octubre entró al Salón de la Fama de los Compositores en esta ciudad.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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