La modelo argentina posó desnuda para la edición mexicana de la publicación del magnate Hugh Hefner en la paradisiaca playa de Puerto Escondido, Oaxaca.
En su segunda aparición como conejita, la primera fue en septiembre de 2008, Orayen admitió que su fugaz, pero estelar aparición en el debate, le cambió para siempre la vida.
«Hubo muchísimos cambios, oportunidades de trabajo súper interesantes, sobre todo. la primera semana me sentí muy agobiada y presionada, pero ahorita la vida comienza a ser mucho más normal. Tengo muchos proyectos», afirmó a la revista.
Aunque confesó que sí le incomodan las miradas lascivas hacia el busto que dio de qué hablar durante el debate.
«Eso sí es muy incómodo, pero he aprendido que lo que hacen los otros tiene que ver con sus capacidades o incapacidades, así que no me puedo sentir ofendida porque alguien me mire el escote. Si sus capacidades no le dan para más, pobrecito», afirmó Orayen.
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