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Ciencia y Tecnología

Apple tendrá planes para el último invento de Steve jobs

El “iBoat” podría ser uno de los últimos inventos en los que Steve Jobs trabajó antes de su muerte en el 2011.
Según el New York Times, al momento de la muerte del cofundador de Apple, se tenían registradas 323 patentes en las que él aparecía como inventor. Al parecer, se agregó una más a la lista, pues recientemente se agregó la número 324.
El sitio Patently Apple reporta que la petición de registro se hizo en marzo del 2013, el nombre que recibe el invento es “Control remoto de movimiento que utiliza un dispositivo móvil inalámbrico”.
¿Qué es? Básicamente es una especie de iPad e interfaz que funciona como control para botes. Por lo que se puede ver en las ilustraciones, el dispositivo sería una pantalla touch que permitiría monitorear y controlar cualquier barco.
Y es que, seis años antes de morir, Jobs comenzó a construir el bote de sus sueños. Al parecer, ya planeaba su retiro. Sin embargo, no alcanzó a verlo terminado, pues falleció unos meses antes de que éste estuviera listo. Venus era el nombre de la embarcación.
El sistema iBoat controlaría sistemas como aire acondicionado, luces, calefacción y también sería capaz de obtener información del ambiente como velocidad del viento o profundidad del agua. Mandaría datos en tiempo real como estado del motor o sistemas de propulsión. Toda la conexión sería inalámbrica y mediante dispositivos.
El diseño del bote corrió a cargo de Philippe Starck y su costo total de construcción alcanza los 2,200,000,000 pesos. Jobs dijo al diseñador que la embarcación debería tener tres características fundamentales: el casco tenía que medir 82m exactos, debía contar con 6 habitaciones iguales y tendría que ser silencioso.
Para diciembre del 2012 el yate estuvo terminado. Lauren Powell, viuda de Jobs, es la actual dueña y ahora se dedica a viajar en el barco.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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