Rápidamente, nombra un planeta con anillos. Fácil, ¿verdad?
Pero Saturno y los otros no están solos: ahora los científicos han añadido otro cuerpo celeste a la corta lista de objetos en nuestro sistema solar que tienen anillos alrededor de ellos.
El remoto asteroide Chariklo tiene su órbita entre Saturno y Urano en el exterior del sistema solar. Los investigadores publicaron un estudio en la revista Nature mostrando evidencia de los anillos alrededor de él.
El autor principal, Felipe Braga-Ribas, del Observatorio Nacional/MCTI en Río de Janeiro dijo que el descubrimiento fue toda una sorpresa.
«No estábamos buscando un anillo y no pensamos que pequeños cuerpos como Chariklo los tuvieran», dijo en una declaración.
Chariklo es bastante pequeño, 250 kilómetros (150 millas) de diámetro. Está clasificado como un «centauro», un objeto que tiene una órbita inestable y atraviesa las órbitas de los planetas gigantes. Mitológicamente los centauros tienen no solo rasgos humanos sino también de caballo, mientras que los centauros en el sistema solar pueden tener no solo las características de un cometa sino también de un asteroide.
El asteroide es solo el quinto objeto del sistema solar cuyos anillos han sido detectados. Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno también tienen anillos.
Los telescopios de siete diferentes lugares, incluido el Observatorio Europeo del Sur de La Silla en Chile, vieron una estrella que parecía desaparecer por unos cuantos segundos el 3 de junio del 2013. Esto ocurrió porque la luz de la estrella fue ocultada por Chariklo.
El resplandor de la estrella también disminuyó unos cuantos segundos antes y después de ese bloqueo principal de luz. Los astrónomos descubrieron que los anillos fueron los responsables y calcularon su tamaño, forma y orientación.
Los dos anillos que orbitan alrededor del asteroide son relativamente estrechos: 7 kilómetros y 3 kilómetros de diámetro. Están separados por una distancia de 9 kilómetros. Los científicos están llamando de manera informal a estos anillos Oiapoque y Chui, bautizados con el nombre de los ríos cerca de los extremos norte y sur de Brasil.
Las interacciones gravitacionales de las pequeñas lunas podrían estar logrando que el material se mantenga en órbita en forma de anillo, dijeron los científicos.
«Así que, así como los anillos, lo más probable es que Chariklo tiene al menos una pequeña luna en espera de ser descubierta», dijo Braga-Ribas en un comunicado.
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Y algún día los mismos anillos podrían llevar a una luna en formación, dijeron los científicos. A mayor escala, un proceso similar podría haber estado involucrado en la elaboración de nuestra propia luna, así como otros satélites planetarios.
Cómo se formaron estos anillos es un misterio. Una idea es que una colisión creó un disco de escombros, dijo el Observatorio Europeo del Sur.
«Este descubrimiento sugiere que el evento responsable del origen de los anillos es relativamente reciente o que se ha combinado un equilibrio fortuito de fuerzas para ayudar a sostenerlos», dijo Ed Beshore, investigador principal adjunto de la misión OSIRIS-REx de la NASA, el cual tiene como objetivo visitar un asteroide cercano a la Tierra y llevar una muestra a la Tierra. Beshore no participó en este estudio.
Los científicos que planifican OSIRIS-REx, cuyo objetivo es un asteroide llamado Bennu, están encontrando dificultades con la dinámica de los pequeños cuerpos celestes, dijo Beshore. El estudio de ‘Nature’ refuerza la idea de que los asteroides, cometas y otros cuerpos relativamente pequeños «ya no son ciudadanos de segunda clase de nuestro sistema solar», dijo.
«De hecho, pueden albergar importantes pistas sobre los orígenes y mecanismos que ayudaron a crear nuestro planeta Tierra, y los procesos que apoyaron el surgimiento de la vida aquí», dijo.
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