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Ataque suicida deja 30 muertos en Turquía

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Al menos 30 personas murieron y cerca de un centenar resultaron heridas en un centro cultural de Turquía, durante un ataque suicida perpetrado ayer en la ciudad de Suruc, que las autoridades han atribuido a la milicia terrorista Estado Islámico (EI).

La explosión se produjo en el jardín de un centro cultural, durante un evento en el que participaban miembros de un grupo izquierdista juvenil conocido como SGDF, simpatizante con los combatientes kurdos de Siria. El evento, en el que al parecer había unas 300 personas, estaba centrado en la reconstrucción de Kobane, ciudad sirio-kurda que a finales de enero fue liberada del dominio de los yihadistas precisamente por combatientes kurdos.

En videos subidos a las redes sociales se ve el momento del ataque: los jóvenes coreaban eslóganes y portaban pancartas cuando se produjo una explosión que dejó cuerpos tendidos por el suelo.

El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, dijo que todo indica que el ataque es obra del EI y el Ministerio de Interior prometió llevar a los autores ante la Justicia, mientras el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien se encontraba de visita en Chipre, condenó a los responsables de lo que consideró una “brutalidad”.

En Estambul, varios miles de personas salieron a las calles para repudiar el ataque, que es el peor ocurrido en Turquía en más de dos años. Por la noche, la manifestación fue disuelta por policías, que usaron gas lacrimógeno contra los manifestantes.

En tanto, en Kobane murieron otras dos personas en un atentado con coche-bomba, según informaron fuentes locales. La explosión se produjo junto a un puesto de control de las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, cerca de una escuela, informaron las fuentes. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los dos fallecidos son combatientes de las YPG.

Fuente: El Universal

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Los retos de la Inteligencia Artificial ante un verano muy caliente

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El término “invierno de la inteligencia artificial” fue introducido por Roger Schank y Marvin Minsky en 1984, en la convención anual de la Asociación Norteamericana de Inteligencia Artificial (AAAI).

En ese encuentro advertían acerca de un probable estancamiento en el ámbito de la IA, caracterizado por una merma en el financiamiento y el entusiasmo hacia esta disciplina. La metáfora vino inspirada por el “invierno nuclear” del que se hablaba durante la Guerra Fría ante el riesgo de ataques con bombas atómicas, para ilustrar un periodo de declive, luego de una etapa de elevadas expectativas, respecto a las capacidades de la inteligencia artificial.

Cambio de narrativa

La revolución de la inteligencia artificial(IA) está marcando un antes y un después en diversas actividades profesionales, redefiniendo roles y automatizando ciertas funciones, particularmente aquellas caracterizadas por su repetitividad o la gestión de extensos volúmenes de datos.

Un informe del Departamento de Educación del Gobierno británico publicado a finales de 2023 evaluaba los posibles efectos de la IA en el mercado de trabajo de Reino Unido, señalando las debilidades de algunos puestos de trabajo. Algunos ejemplos que se encuentran en la línea de fuego de esta transformación tecnológica son: analistas de datos, periodistas, personal de back office, agentes bursátiles y traders, auditores y contables, consultores y analistas económicos, asesores financieros y analistas de riesgos financieros, entre otros.

IA y enriquecimiento global

McKinsey Global Institute ha examinado el impacto de la inteligencia artificial en campos como la economía y las finanzas, con un enfoque particular en su influencia en el ámbito laboral.

Los resultados de la investigación sugieren que, a pesar de los desafíos asociados con su adopción y absorción, la IA tiene el potencial de generar una actividad económica adicional a nivel global de entre 2,6 y 4,4 miles de millones de dólares anuales. Por ejemplo, el PIB español en 2021 fue de 1,4 mil millones de dólares. Esto aumentaría a nivel global el impacto de la inteligencia artificial en la economía entre un 15 y un 40 %.

El panorama de la IA ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, con un marcado incremento tanto en su adopción como en la inversión por parte de las organizaciones. Desde 2017, la implantación de la IA se ha duplicado y actualmente más de la mitad de las empresas dedican más del 5 % de sus presupuestos para digitalización a esta tecnología.

Valor añadido e innovación

Ante el imparable avance de la inteligencia artificial, es momento de encarar la realidad: la entrada de la inteligencia artificial a las empresas afectará al trabajo de las personas, que deben reinventar su lugar en el mercado de trabajo.

Hay que evitar la llegada del “invierno del trabajo”: la formación de valor añadido y la habilidad de pensar de manera innovadora, lo que llaman “pensar fuera de la caja”, ya no son meros complementos sino requisitos indispensables para no verse relegados en sus funciones.

La innovación y la ética deben ir de la mano en este nuevo escenario, pero, sin una dosis de creatividad y aporte único, el desarrollo humano y el crecimiento profesional corren el riesgo de estancarse.

Este cambio de paradigma no admite términos medios: o los trabajadores se mantienen evolucionando constantemente o se quedarán atrás.

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