Hay una razón por la cual los funcionarios de Malasia están tan confiados de que fue el vuelo 370 el que envió señales a un satélite muchas horas después de que el avión desapareciera el 8 de marzo. CNN ha obtenido información de que las señales enviadas por aviones comerciales a los satélites Inmarsat siempre incluyen un código que confirma la identidad del avión.
Un ejecutivo de Inmarsat, mientras se niega a discutir los detalles del vuelo 370, le dice a CNN que el sistema de satélites es altamente confiable, que cada señal enviada al avión recibe una señal de vuelta y que dichas señales siempre contienen un código que verifica la identidad del avión.
Es «prácticamente imposible» cambiar el código que identifica al avión o confundir al avión con algún otro, dijo el ejecutivo de Inmarsat.
Además, después de que se establece la conexión con un satélite al inicio del vuelo de un avión, hay controles periódicos y automáticos hasta el final del vuelo; esto puede ayudar a los investigadores a determinar la duración del vuelo, si no su ubicación.
Eso podría explicar por qué las autoridades malasias ahora dicen que tienen un «alto grado de confianza» respecto a que el vuelo 370 siguió volando mucho después de haber desaparecido de las pantallas de radares civiles.
Los funcionarios del gobierno ahora creen que el avión podría haber seguido volando hasta las 8:11 a.m.; casi siete horas después de desaparecer del radar a la 1:21 a.m.
Este fin de semana, los oficiales de Malasia, luego de hablar de «información de satélites», pero ofrecer pocos detalles, reenfocaron la búsqueda del Boeing 777 desaparecido, dirigiendo su atención a enormes corredores en ambos lados del ecuador.
Las autoridades malasias creen que alguien deshabilitó varios sistemas de comunicaciones, quizá para ocultar la ubicación del avión. Uno de esos sistemas fue un sistema de datos digitales conocido como ACARS, el cual utiliza al satélite para enviar mensajes a tierra.
Pero si bien es posible que alguien en la cabina de mando desactivara el sistema ACARS, su antena permaneció encendida, por lo que recibió y respondió a los controles realizados cada hora desde una estación en tierra, por medio del satélite.
Los técnicos de Inmarsat siguen ayudando, dijo la compañía.
«Nuestros expertos han sido involucrados en la investigación. Hemos enviado personas a Kuala Lumpur», dijo David Coiley, el experto en el tema de Inmarsat. «Nos estamos esforzando mucho para contribuir con la investigación de la mejor forma posible, porque parece que no hay otro conjunto de datos».
Cómo funciona Inmarsat
La compañía Inmarsat, la cual tiene prohibido discutir detalles de la investigación sobre el vuelo 370 de Malaysia Airlines, le pudo dar a CNN una descripción detallada de cómo funciona el sistema.
La compañía de comunicaciones satelitales con sede en Londres es propietaria y opera 10 satélites, que se encuentran en órbita geoestacionaria a 35.405 kilómetros sobre el ecuador.
Debido a que un único satélite puede ver un tercio de la Tierra, se necesita varios satélites para brindar una cobertura completa y para proveer redundancia y fiabilidad.
Entre otros servicios, Inmarsat provee comunicaciones satelitales para el sistema ACARS, o Sistema de Direccionamiento e Informe para las Comunicaciones de la Aeronave. Se trata de un enlace de datos digital para enviar mensajes cortos entre una aeronave y un centro de operaciones de la aerolínea, controladores de tráfico y otros.
El sistema ACARS puede usarse para enviar mensajes y datos de todo tipo, entre ellos mensajes de texto de los pilotos a los operadores, o datos generados automáticamente sobre la condición del avión.
Cuando un avión está sobre tierra, los mensajes ACARS normalmente se envían a través de una radio VHF. Pero cuando un avión se encuentra en regiones remotas, sobre el agua o fuera de rango de una radio VHF, la señal sin problemas se cambia a satélite. «El piloto no tiene que hacer nada», dijo Coiley.
En su parte más básica, el satélite es un simple sistema de transmisión que transfiere señales de las estaciones en tierra a la aeronave, y de vuelta, similar a una torre de celulares, dijo Coiley.
Los ‘apretones de manos’ ayudan a determinar la ubicación
Cuando un avión se enciende, automáticamente envía una señal por medio de la cual ingresa a la red de comunicaciones. A partir de ese momento, la estación en tierra envía «señales de sondeo» al satélite, el cual las transmite al avión. Cuando el avión responde, se conoce como un «apretón de manos». La información que se transmite durante el apretón de manos es muy limitada, pero contiene un código único de identificación para reconocer al avión.
El propósito de estos «apretones de manos» que ocurren cada hora es permitir que el satélite conozca la ubicación aproximada del avión para que pueda transmitir los mensajes de forma efectiva. Para esto, el satélite debe conocer el ángulo del avión desde el satélite.
Un avión que se encuentre directamente bajo el satélite estaría a un ángulo de 90 grados del mismo; un avión que se encuentre en los polos estaría a 0 grados.
En el caso del avión 370 de Malaysia Airlines, según han dicho las autoridades, el último mensaje se envió a 40 grados.
Los investigadores del accidente, con la ayuda de expertos en satélites, han usado esta información para determinar la posible ubicación del avión.
«Estamos tratando de ponernos al día en cuanto a qué significa y cómo interpretarlo», le dijo un funcionario de Estados Unidos a los reporteros. «En cierta parte, es una nueva tecnología para nosotros».
«Nunca antes hemos tenido que utilizar el ‘apretón de manos’ con los satélites como la mejor fuente posible de información», dijo el funcionario.
El hecho de que haya un apretón de manos sugiere que el avión estaba en buen funcionamiento, ya que éste necesita energía eléctrica para enviar la señal de vuelta.
La señal de vuelta de un avión es una forma de decir: «Sí, aún estoy aquí», dijo Coiley.
En el caso del vuelo 370, el «último apretón de manos exitoso ocurrió en algún punto en ese círculo», dijo el funcionario de EE.UU.
«Gran parte de ese semicírculo es sobre tierra; gran parte es sobre agua», dijo. «Estamos tratando de entender cómo podemos usar esa información para que nos de una idea de cuál podría haber sido la última ubicación conocida del avión».
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