Habitantes de Sinaloa vivieron una madrugada de narcoterror luego de que supuestos sicarios desataron una fuerte balacera en el puerto de Mazatlán y dejaron cuatro personas calcinadas adentro de un auto.
Fuentes de seguridad confirmaron a Infobae México que la emergencia fue atendida alrededor de las 03:00 horas de este 9 de septiembre, pues al interior de un vehículo había cuatro cuerpos consumidos por el fuego, los cuales también presentaban impactos de bala.
De acuerdo con los reportes, presuntos bandos delictivos se enfrentaron en vialidades de la colonia Leopoldo Sánchez Celis, desde las 02:00 horas, lo que causó una supuesta persecución que culminó en la calle Veracruz.
Las autoridades acudieron junto con el Cuerpo de Bomberos de la demarcación. Primero se había indicado que un Honda Civic estaba en llamas y al menos tres cuerpos se consumían dentro, pero después de una revisión el saldo se actualizó a tres hombres y una mujer que quedaron calcinados.
Casas, paredes, fachadas y autos estacionados quedaron dañados con los impactos, según se aprecia en fotografías filtradas en redes sociales.
Juan Ramón Alfaro Gaxiola, secretario de Seguridad de Mazatlán, confirmó a diversos medios locales que se ha reforzado la vigilancia en puntos de entrada a la ciudad portuaria.
Aunque fue desplegado un operativo para dar con responsables del ataque por la madrugada, no hubo resultados positivos. Y es que tampoco hubo testigos que pudieran dar cuenta de referencias sobre la huida de los sicarios.
El pasado 26 de agosto, la escena de narcoterror ocurrió en Culiacán, donde fueron localizados los restos descuartizados de dos personas dentro de bolsas negras. Los empaques de plástico fueron hallados en la colonia Costera de Culiacán y contenían dos cabezas, los troncos de ambos hombres, así como piernas y manos cercenadas con avanzados signos de descomposición.
Aunque Sinaloa es cuna del narcotráfico en México, no muestra olas de violencia criminal y ataques constantes como sí ocurre en Guanajuato, que encabeza las cifras de asesinatos en el país con 2,098 casos en siete meses de 2021.
En contraste, en el estado del Cártel de Sinaloa se han contabilizado 355 homicidios dolosos en lo que va del año. Está lejos de los datos que suman Tamaulipas (416), Nuevo León (603), Ciudad de México (621), Zacatecas (876), Sonora (1,152), y de Chihuahua, Estado de México, Jalisco, Michoacán y Baja California, que junto con la entidad guanajuatense concentran el 50.4% de los ejecutados en México.
Sin embargo, la capital, Culiacán, está en el lugar 10 de los 50 municipios prioritarios con mayor incidencia de homicidios dolosos con 31 casos, tan solo en julio pasado.
De Sinaloa han provenido los capos más poderosos del narco en México cuando menos en el último siglo. En esas montañas se sintetizan fentanilo y metanfetaminas en narcolaboratorios.
Sobre esas calles patrullan convoyes de sicarios armados en camionetas de lujo. Todos al mando de Ismael Zambada García, el Mayo, o los hijos de Joaquín Guzmán Loera, los llamados Chapitos.
Como muestran los datos, puede que el estado no esté sumido en una ola violenta, pero las huestes del grupo criminal que operan desde ahí siguen enviando droga y haciendo la guerra en Zacatecas, Chihuahua, Baja California, Nayarit, Sonora y Quintana Roo.
Según algunas detenciones y decomisos, la presencia del cártel igual se ha extendido a la Ciudad de México en los últimos meses.
De ahí que las muestras de narcoterror, así como el silencio sobre los perpetradores, apenas son mayores signos del grupo delincuencial que ahí domina. Donde estableció su bastión y difícilmente será erradicado mientras prospere su oferta de pax narca.