El presidente Biden viajará a Pennsylvania este jueves para pronunciar un discurso en horario estelar sobre lo que la Casa Blanca ha catalogado como la “batalla por el alma de la nación”, lo cual no es habitual, regresando al tema de que la democracia está en peligro y que utilizó en la campaña presidencial del 2020, mientras su partido lucha para mantener el control del Congreso en las elecciones de medio término.
El discurso de Biden, que pronunciará afuera del Parque Nacional Histórico de la Independencia en Filadelfia describirá la manera en que la democracia está en riesgo y es muy probable que se enfoque en el Partido Republicano al que ha criticado cada vez más en las semanas recientes, de acuerdo a un funcionario de la Casa Blanca.
También se espera que ponga énfasis en la reputación de Estados Unidos en el escenario global.
Biden ha utilizado un tono más agresivo después de pasar la mayoría del primer año de su presidencia prefiriendo enfatizar la unidad en una nación dividida en lugar de atacar a los republicanos, lo cual, en ocasiones ha frustrado a los miembros de su propio partido.
Sin embargo, la semana pasada el presidente condenó a los “republicanos ultra-MAGA” que usan una filosofía que él describió como “semi-fascista”
También ocurre en un momento en que el ex presidente Donald J. Trump y su presidencia que iba en contra de las normas ha regresado a los foros, en medio de investigaciones sobre el ataque al Capitolio ocurrido el 6 de enero y un cateo del FBI en su casa en Florida en donde recuperaron documentos altamente sensitivos que él tomó de la Casa Blanca.
Mientras tanto, los republicanos se unieron y lo están defendiendo, muchos han apoyado sus esfuerzos para anular la elección o han atacado las instituciones básicas del gobierno incluyendo al FBI y al Departamento de Justicia.
El momento en que Biden pronunciará el discurso, que será el jueves, a menos de tres meses antes de las elecciones de noviembre, también es otra señal de que la administración está utilizando la estrategia de hacer alarde de las victorias legislativas de Biden que “derrotan los intereses especiales” y atacan al extremismo adoptado por Trump y sus aliados.