En un contexto de enfriamiento de relaciones con el Kremlin, cuando el Consejo OTAN-Rusia lleva años sin reunirse, y tras el reciente despliegue masivo de tropas rusas en la frontera con Ucrania, la política alemana constató que «Moscú no tiene interés en cooperar con Occidente».
«Tenemos una verdadera amenaza en el flanco oriental de Europa de la OTAN», insistió Kramp-Karrenbauer, al justificar los pasos acordados por los líderes de la Alianza Atlántica la semana pasada en la cumbre de Bruselas.
En dicha cumbre, la OTAN situó a China claramente como una amenaza para su seguridad, y apostó también por poner en marcha un proceso de adaptación para mejorar su respuesta ante desafíos como la agresividad de Rusia, los ciberataques o el cambio climático.
«China usa su poder económico para vetar ciertos pasos e intenta dividir a Europa, y Rusia tiene ambiciones similares», recordó también hoy la ex líder de los democristianos alemanes.
«Aunque el poder económico de Rusia es débil, es fuerte con su propaganda y desinformación», continuó Kramp-Karrenbauer.
El ministro checo de Exteriores, Jakub Kulhánek, instó por su parte a Moscú a abstenerse en el futuro de «provocaciones inútiles» como algunas del pasado, entre las que citó incluir a Estados Unidos y la República Checa en la lista de países enemigos.
También el ministro de Defensa eslovaco, Jaroslav Nad, coincidió en que Rusia «es un amenaza seria en el contexto geopolítico», con sus «anexión inaceptable» de Crimea y su presencia militar en Siria y Libia.