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Ciencia y Tecnología

Por qué Bill Gates dice que crear el comando «Ctrl + Alt + Supr» fue un error

Es uno de los atajos de teclado más usado en todo el mundo. Sin embargo, el magnate de Microsoft cree que podrían haber ideado una solución «más obvia» para reiniciar los ordenadores sin tener que usar las dos manos. ¿Qué haría Gates si pudiera retroceder en el tiempo?

A veces necesitamos cambiar la contraseña o cerrar sesión, recurrimos a las tres teclas «mágicas»: «Ctrl + Alt + Supr» (o «Delete»).

Es uno de los atajos de teclado más usados en todo el mundo para reiniciar la computadora o como último recurso cuando la PC no funciona.

Sin embargo, Bill Gates, el hombre que fundó Microsoft, dice que fue un error.

Así lo afirmó este miércoles el magnate tecnológico durante el Bloomberg Global Business Forum, un evento que reunió a los mayores líderes de grandes organizaciones mundiales en Nueva York, Estados Unidos.

En una tertulia sobre los cambios tecnológicos de los últimos años, David Rubenstein, director del fondo de inversiones Carlyle, le preguntó a Gates por qué había creado un comando que requiriera usar tres dedos para ejecutarlo.

«A veces resulta un poco incómodo. Y fue usted quien tuvo la idea», le increpó Rubenstein a Gates. «¿Por qué lo hizo?».

Entre las risas de los asistentes, y tras unos minutos de silencio, el dueño de Microsoft formuló la siguiente respuesta, mostrando una media sonrisa:

«El hardware del teclado de la IBM PC sólo tenía una manera de garantizar la interrupción general del sistema. Con tantas personas involucradas, deberíamos haber añadido otra tecla para ese propósito. Muchas máquinas hoy día tienen una función más obvia».

Y, ante la insistencia del Rubenstein, agregó: «No estoy seguro de que uno pueda volver atrás y cambiar pequeñas cosas en la vida sin poner otras en riesgo».

«Pero, sin duda, si pudiera hacer sólo una pequeña edición, habría convertido ese comando en una operación de una sola tecla».

Hace unos años, en 2013, el empresario también hizo referencia a este episodio durante una conferencia en la Universidad de Harvard, EE.UU., asegurando que IBM se negó a modificar la distribución de teclas para cambiar la secuencia.

El comando fue el resultado del trabajo del ingeniero de IBM David Bradley, uno de los 12 especialistas que trabajó en el desarrollo de la PC original de la multinacional estadounidense a principios de la década de 1980.

Bradley, quien entonces tenía 31 años, no esperaba que «Ctrl + Alt + Supr» (o «Delete») fuera a ser utilizado por usuarios finales; estaba destinado a ser un atajo del teclado sólo para programadores.

Y como Microsoft funcionaba con el hardware de IBM, no pudo hacer mucho para cambiarlo.

La idea original era poder reiniciar la máquina sin tener que apagarla, y Microsoft adoptó la secuencia para algunas «funciones administrativas», como su «administrador de tareas» para forzar el cierre de programas cuando no responden.

Bradley eligió esas teclas porque necesitaba al menos dos para que la operación funcionara, y después eligió la tecla «Delete» porque estaba al otro extremo del teclado, y así podía evitar que fuera pulsado accidentalmente.

En un evento empresarial de 2001 con motivo del 20 aniversario de la IBM PC,Bradley, sentado al lado de Bill Gates, declaró: «Tengo que compartir el crédito [por la creación de ‘Ctrl + Alt + Supr’]. Puede que yo lo inventara, pero fue Bill quien lo hizo famoso».

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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