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Ciencia y Tecnología

Bryan Johnson: Empresario y Visionario en la Lucha contra el Envejecimiento

Bryan Johnson, un empresario visionario en el corazón de Silicon Valley, se ha convertido en una figura central en la búsqueda de soluciones para prolongar la vida humana y combatir el envejecimiento. Johnson ha invertido más de mil millones de dólares en una misión personal que busca redefinir la forma en que enfrentamos el proceso de envejecimiento y la inevitabilidad de la muerte.

Su proyecto insignia, Blueprint, es un sistema operativo humano altamente personalizado que utiliza un enfoque basado en datos y algoritmos para mejorar su salud y longevidad. Johnson subcontrata decisiones relacionadas con su bienestar a un equipo de médicos que emplean datos para desarrollar un riguroso régimen de salud destinado a reducir lo que él denomina su «edad biológica». Esto incluye la ingesta diaria de 111 píldoras, el uso de un gorro que emite luz roja en su cuero cabelludo, la recolección de muestras de heces y hasta el uso de un pequeño dispositivo en su área genital para monitorear sus erecciones nocturnas. Johnson considera que cualquier acción que acelere el envejecimiento es un «acto de violencia» contra su cuerpo.

Pero la ambición de Johnson va más allá de mantenerse descansado o conservar la tonicidad muscular. Él busca confiar por completo en un algoritmo antienvejecimiento y cree que la muerte es opcional, rechazando la idea de enfrentarla.

Sin embargo, externalizar la gestión de su cuerpo significa enfrentar lo que Johnson llama su «mente revoltosa», esa parte de nosotros que anhela comer un helado después de la cena, tener relaciones sexuales a altas horas de la noche o beber cerveza con amigos. El objetivo es lograr que sus órganos de 46 años luzcan y funcionen como los de un joven de 18 años. Según datos recopilados por sus médicos, Johnson asegura que Blueprint le ha proporcionado huesos de un treintañero y un corazón de alguien de 37 años. Considera que su experimento ha demostrado que un sistema competente es mejor para administrarlo que un ser humano, lo que él considera un avance que «redefine lo que significa ser humano». Describe su rigurosa dieta y régimen de ejercicios como un hito en la historia de la humanidad, comparable al Renacimiento italiano o la invención del cálculo de la misma manera en que Michelangelo tenía la Capilla Sixtina, él tiene su jugo verde especial.

Sin embargo, cuando se le cuestiona si estas estrategias para desafiar al tiempo funcionan realmente, Johnson enfatiza que su objetivo no es necesariamente probar su eficacia, sino más bien explorar cómo sería vivir siguiendo un algoritmo. ¿Tendría una vida dirigida por un algoritmo verdadera humanidad? ¿Valdría la pena si vivir como Johnson significara potencialmente vivir para siempre?

El camino de Johnson hacia la longevidad y la inmortalidad no está exento de críticos y escepticismo, ya que expertos en el campo médico cuestionan la viabilidad de su búsqueda. Afirman que la muerte no es opcional, sino un elemento inscrito en nuestros genes, y que aunque es posible aumentar la esperanza de vida, vivir eternamente es una ilusión.

A pesar de las críticas, Johnson sigue adelante y busca llevar Blueprint al público en general. Publica sus mediciones biológicas en línea, desde su frecuencia cardíaca en reposo hasta imágenes de sus intestinos, y comparte videos de YouTube sobre su régimen de ejercicio y sus experimentos terapéuticos, atrayendo a una audiencia masiva.

La historia de Bryan Johnson refleja el creciente interés en Silicon Valley y la comunidad científica por abordar el envejecimiento y la longevidad humana mediante la tecnología y la innovación. Aunque su visión es ambiciosa y desafiante, Johnson está decidido a avanzar hacia un futuro donde la prolongación de la vida sea una realidad, independientemente de las críticas y los obstáculos que enfrenta. Su búsqueda de la inmortalidad plantea preguntas profundas sobre lo que significa ser humano y si, en última instancia, queremos preservar no solo nuestra vida, sino también nuestras experiencias y deseos humanos más profundos.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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