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México

Cae “El Mochomo”, responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa

Elementos de la Fiscalía General de la República detuvieron en Metepec, Estado de México, a José Ángel Casarrubias Salgado, alias “El Mochomo”, quien encabezaba a la organización criminal Guerreros Unidos, tras la detención de su hermano, Sidronio Casarrubias, implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Ángel Casarrubias apareció la semana pasada en un mapa que presentó la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), como parte de los líderes de organizaciones criminales que operan en el Valle de México.

En 2015, la entonces Procuraduría General de la República ofreció una recompensa de 8.5 millones de pesos por información que llevara a la aprehensión de Felipe Flores Velázquez, José Ulises Bernabé García, José Ángel Casarrubias Salgado, alias “El Mochomo”, Erick Sandoval Rodríguez, alias “La Rana”, y Miguel Miranda Pantoja, alias “Pajarraco”, por estar involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero.

José Ángel Casarrubias Salgado, alias “El Mochomo”, es el actual líder de la organización criminal Guerreros Unidos, y es hermano de Sidronio Casarrubias Salgado, capturado el pasado 16 de octubre del 2015, y Mario Casarrubias Salgado, alias “El Sapo Guapo”, también detenido.

La ahora Fiscalía General de la República señala que el exalcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca, dio la orden de detener a los estudiantes y que, cuando estuvieron en poder de Guerreros Unidos, fue “El Mochomo” quien tomó la decisión de asesinarlos.

 

Información de El Economista

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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