La Cámara de Representantes de Carolina del Sur aprobó la retirada de la bandera confederada del complejo del Capitolio, un sorprendente giro en el primer estado en abandonar la Unión en 1860, que volvió a izar la enseña de nuevo en su parlamento regional hace más de 50 años para protestar por el movimiento por los derechos civiles.
La decisión se tomó esta madrugada tras más de 13 horas de apasionado y polémico debate, y solo semanas después de una masacre en la que fallecieron nueve personas negras, incluyendo un senador estatal, que participaban en un grupo de estudio de la Biblia en una iglesia.
«Carolina del Sur puede eliminar la mancha de nuestras vidas», dijo el representante Joe Neal, un demócrata negro de 64 años elegido por primera vez en 1992. «Nunca en mi vida pensé que vería esto».
La cámara aprobó el proyecto de ley del Senado con un margen de dos tercios (94 votos a favor frente a 20 en contra), y la ley pasa ahora a la mesa de la gobernadora Nikki Haley. La republicana respalda esta medida, que requiere la retirada de la enseña en un plazo de 24 horas tras su firma.
«Es un día nuevo en Carolina del Sur, un día del que todos podemos estar orgullosos, un día que verdaderamente nos une a todos mientras seguimos juntos sanándonos, como un solo pueblo y un estado», dijo Haley en un comunicado.
Su oficina señaló que firmaría el decreto pronto, aunque sin ofrecer un calendario concreto.
La propia Haley cambió su posición sobre el asunto de la bandera, diciendo que el dolor, la pena y la dignidad de las familias de las víctimas del tiroteo en la iglesia metodista episcopal africana Emanuel le hicieron darse cuenta de que mientras muchos conservadores blancos ven la enseña como un símbolo de orgullo de sus ancestros sureños, para la mayoría de los negros _ que suponen más de un tercio de la población del estado _ es un oscuro recordatorio de un pasado racista.
El acusado de la masacre, el joven blanco Dylann Roof, dijo a sobrevivientes del ataque que mató a negros porque estaban en violando a mujeres blancas y apoderándose del control del país, según testigos. Roof tomó supuestamente fotografías de sí mismo sosteniendo la bandera confederada.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.