A pesar de que las autoridades internacionales han alertado que el dióxido de cloro no es una sustancia segura para el consumo humano, persiste la desinformación y los casos de personas que sí creen que se trata de un producto milagro, capaz de curar la COVID-19 y muchas otras enfermedades, sin que existan pruebas científicas certificadas de ello.
Por desgracia, su uso ya ha sido vinculado con casos de fallecimientos. Uno de ellos es el de Oscar García Rúa, un hombre argentino de 93 años que murió luego de que un juez autorizó que se le administrara dióxido de cloro.
¿Qué pasó en Argentina?
García Rúa falleció el 11 de enero en el Sanatorio Otamendi, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, luego de que un médico le suministró dióxido de cloro como parte de su tratamiento.
Un juez federal en aquel país, Javier Pico Terrero, autorizó el tratamiento mediante un instrumento jurídico. Ocurrió de esa forma porque el dióxido de cloro no está aprobado como medicamento por la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) ni por el Ministerio de Salud de Argentina.
Citando la narración del abogado de García Rúa, nuestros colegas de Chequeado en ese país reportaron que el ahora fallecido contrajo COVID-19 en diciembre, y fue internado a finales del mismos mes.
Según la versión del abogado, García Rúa no murió “a causa del COVID, sino de una infección intrahospitalaria”. El Ministerio de Salud argentino inició una investigación, para aclarar lo ocurrido.
Chequeado detalló que también se han descubierto varias irregularidades sobre el médico Dante Converti, quien prescribió el tratamiento. Por ejemplo, no renovó su matrícula ni inició trámite de actualización; dijo tener especialidades pero no están registradas en el Ministerio de Salud y su licencia es de médico, no de especialista, como él aseguró.
Además, el juez que dió la autorización para que se suministrará la sustancia fue denunciado por asociaciones médicas ante el Consejo de la Magistratura . La denuncia fue firmada por la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), Fundación Huésped, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y la Sociedad Iberoamericana de Salud Mental.
“La denuncia surge luego del masivo rechazo de la comunidad médica por la injerencia del Poder Judicial en una decisión médica”, señaló Chequeado.
La desinformación sobre dióxido en Argentina ha sido constante
La muerte de García Rúa, vinculada con el dióxido de cloro, no es un caso aislado en Argentina. En Agosto, Chequeado recopiló 4 historias: 2 muertes y dos intoxicaciones ligadas a esta sustancia.
Una de las muertes, fue la de un hombre de 50 años en la localidad de Jujuy. “Se investiga si la causa del deceso fue la ingesta de dióxido de cloro con la que la víctima buscaba curarse de una fuerte gripe”, señaló.
En la provincia de Neuquén también se registró la muerte de un niño de 5 años que minutos antes llegó al Hospital con un paro cardio-respiratorio, según indica el comunicado oficial del Ministerio de Salud. Los familiares señalaron que el día anterior el niño había consumido dióxido de cloro.
De acuerdo con Chequeado, el doctor Sergio Saracco, jefe del Departamento de Toxicología del Ministerio de Salud de Mendoza, confirmó que en esa ciudad dos mujeres, de 36 y 33 años, se presentaron en mayo y julio respectivamente, en centros asistenciales privados con severos cuadros digestivos vinculados con el consumo de dióxido de cloro.
Matías Di Santi, jefe de redacción de Chequeado, explicó a Animal Político que la desinformación sobre el supuesto uso terapéutico del dióxido de cloro tiene tanta difusión, que incluso en Argentina una presentadora promovió su ingesta en televisión abierta.
Fuente: Animal Político