Cerca de 125 estudiantes de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Autónoma de Chihuahua se hicieron participes de la Primera Ceremonia de Transición a la Enfermería Cáritas, en la cual, entre otras cosas, se hace referencia a la satisfacción de siempre cultivar el espíritu y el amor en el ejercicio profesional.
Debido a que pronto se enfrentarán a la realidad de una práctica clínica, los estudiantes de enfermería que cursan el cuarto semestre tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la ciencia del cuidado humano para preservar la integridad total del otro, vivir la propia filosofía, tener total cumplimiento de una labor consciente, pero sobre todo a enaltecer el respeto por la vida y por la muerte.
Conscientes de que en el campo de la ciencia del cuidado humano el enfermero se considera “una luz” en medio de un lugar donde hay obscuridad y dolor, los universitarios portaron y encendieron velas en sinónimo de que cada uno llevará dentro sí el compromiso para brindar atención de calidad y con apego a los valores humanos.
La ceremonia de transición a la enfermería Cáritas tuvo significado con la colocación del PIN que imprime un especial sentido a una atención cálida, con amor y de manera integral hacia la persona de cuidado y hacia su familia.
“Donde quiera que se encuentren asegúrense de preservar la dignidad humana y a cuidar con sabiduría”, dijo la M.E. Elvira Sáenz López, directora de la Facultad de Enfermería y Nutriología, al afirmar que cuentan con los conocimientos y habilidades necesarias para ejercer la práctica clínica.
Por su parte el M.C. Jesús Enrique Pallares, director de Extensión y Difusión Cultural dela UACH, aseguró que la buena interacción entre el paciente y enfermero es de gran importancia, en ese sentido los invitó a no perder la visión de una profesión con alto impacto humanístico.
Así mismo el M.E. Gilberto Acosta Castañeda, coordinador del grupo de Cuidado Humano de la facultad, mencionó que el ejercicio de la enfermería requiere de profesionales auténticos que tengan la capacidad de aplicar las técnicas y procedimientos sin olvidar que la esencia es el cuidado humano. “Han elegido una profesión que les permite estar cerca del dolor y sufrimiento, pero también percibir grandes satisfacciones como el surgimiento de nuevas vidas, llevar relaciones con personas y sobre todo sanar”, externó.