Cerca de 25 millones de latinos son elegibles para votar en las elecciones presidenciales de 2016, indican hoy cifras oficiales.
Sin embargo, su inscripción y movilización a las urnas es el principal reto de los grupos cívicos latinos y se torna como una de las metas centrales de la 32 conferencia anual de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO), que representa a políticos latinos de ambos partidos y de todo Estados Unidos.
En el evento, que se inició el jueves y concluye hoy, participó la víspera la aspirante demócrata Hillary Clinton y se espera la incursión de los precandidatos presidenciales Bernie Sanders, independiente por Maine, y Ben Carson, un neurocirujano afroamericano afiliado al Partido Republicano.
Durante su discurso en el evento que reúne a más de mil 200 líderes latinos locales, estatales y federales, Clinton abordó los problemas raciales existentes en el país y defendió los alivios migratorios anunciados en noviembre pasado por el presidente Barack Obama, cuestionados por grupos conservadores que piden la expulsión de los indocumentados.
La aspirante a la nominación del partido azul abordó la tragedia de Charleston, Carolina del Sur, y subrayó que ese incidente debe obligar a Estados Unidos a encarar las «duras verdades sobre la raza, violencia, armas y divisiones» que persisten en el país.
Tanto demócratas como republicanos cortejan activamente el voto de los hispanos y, según observadores, las posturas migratorias de los candidatos determinarán en buena parte el apoyo que reciban de esa comunidad.
En ese sentido, el director ejecutivo de NALEO, Arturo Vargas, sostiene que el camino hacia la Casa Blanca pasa por los barrios latinos del país.
Mientras tanto, en otro foro denominado «Road Majority», organizado por la organización conservadora «Fe y Libertad», que comenzó el jueves y debe concluir mañana sábado, participan prácticamente la totalidad de los aspirantes republicanos a la nominación de ese partido para las presidenciales de 2016.
En ese escenario, el senador republicano Marco Rubio fue blanco ayer de abucheos cuando se refirió a sus raíces inmigrantes y no abordó con claridad su posición sobre la reforma migratoria, luego de apartarse de una iniciativa que negoció el Senado en junio de 2013.
A mitad de su intervención, varios activistas indocumentados, algunos de ellos beneficiados temporalmente por la acción diferida de Obama, lo interrumpieron para exigir una extensión de los alivios.
El debate migratorio, estancado en el Congreso, es algo que los republicanos evitan de cara a las primarias, donde las bases conservadoras son clave.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.