El PRI perdió el gobierno local en los cuatro estados donde subió la participación ciudadana durante las elecciones del pasado 5 de junio.
El incremento se dio en Quintana Roo, Chihuahua, Tamaulipas y Durango, en coincidencia con los lugares en los que priistas fueron derrotados por candidatos del PAN (dos de ellos en alianza con el PRD). Además, en estos cuatro estados no se había visto nunca un cambio de partido en el gobierno.
Quintana Roo, estado donde por primera vez llegará al poder un partido distinto al PRI, destaca por tener el más alto incremento en la votación, con 30.1%. El estado del sureste mexicano apenas alcanzó el 41.5% cuando se eligió a Roberto Borge como el titular del Ejecutivo estatal, en 2010; este año, en cambio, el porcentaje alcanzó el 54% de participación.
La participación en Chihuahua tuvo un incremento de 17.1%, pues en la elección de gobernador de 2010 fue de 41.4%, y para la votación de este año se ubicó en 48.5%, de acuerdo con los registros oficiales. En esta entidad, el candidato ganador fue el panista Javier Corral Jurado, que venció al abanderado tricolor, Enrique Serrano.
Otro de los estados donde hubo alternancia fue Tamaulipas, en donde el candidato de Acción Nacional, Francisco García Cabeza de Vaca, obtuvo la victoria por encima del priista Baltazar Hinojosa. El incremento en la participación fue del 17%, pues este 5 de junio fue a votar el 56.4% de la lista nominal tamaulipeca.
En Durango, donde el triunfo fue para el candidato de PAN-PRD, José Rosas Aispuro, la participación ciudadana alcanzó el 56.7% de los votos, un incremento de 9.6% respecto a la elección a gobernador previa.
Rafael Vergara Tenorio, académico en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), destacó que los cuatro estados donde subió la participación en estos comicios fueron muy competidos.
“Tal vez porque se veía que iba a ganar el PRI, los opositores se movieron más para inducir la participación. La participación es un reflejo de la movilización de los políticos en general”, comentó.
Carlos Paredes, consultor y especialista en campañas electorales, comentó sobre un descontento generalizado por el partido dominante, en el que el voto duro ya no fue suficiente para lograr retener esos estados.
“El PRI ha perdido legitimidad gracias al detrimento masificado de la figura presidencial y, por lo tanto, todo lo que de él emane. Además, gracias a las redes sociales, material que impacta sobre las emociones de la población, optando por «castigar» con su voto al partido oficial», abundó.