China anunció el establecimiento de una «lista de entidades no fiables» en la que incluirá a firmas, organismos y personas extranjeras que «dañen gravemente los derechos e intereses legítimos de las compañías chinas».
El Ministerio de Comercio hizo pública esta iniciativa, aunque no especificó qué ocurrirá con las compañías que figuren en ella; sí avanzó que las «medidas específicas serán anunciadas en un futuro cercano».
El portavoz de la institución, Gao Feng, explicó que serán incluidas en la lista las entidades o personas que «no cumplan las reglas del mercado, se salgan del espíritu de los contratos o impongan un bloqueo o confisquen a empresas chinas para propósitos no comerciales, lo que daña gravemente sus derechos e intereses legítimos».
El establecimiento de esta lista negra se produce tan solo dos semanas después de que Washington incluyese al gigante tecnológico Huawei, al que acusa de ser un peligro para la seguridad nacional, en una lista de compañías y personas a las que se prohíbe el acceso a tecnología estadunidense.
Aunque no aludió directamente al caso, Gao justificó la decisión al asegurar que «con propósitos no comerciales, algunas entidades extranjeras violan las reglas normales del mercado (…) e imponen bloqueos y otras medidas discriminatorias contra compañías chinas».
Estos hechos, agregó el portavoz, «ponen en peligro la seguridad nacional y los intereses de China, y amenazan las cadenas industriales y de suministros a nivel mundial», lo que genera «un impacto negativo en la economía global y menoscaba los intereses de empresas relacionadas y consumidores».
Pekín cree que, con esta medida, está «salvaguardando las reglas económicas y comerciales internacionales y el sistema comercial multilateral», y «oponiéndose al unilateralismo y al proteccionismo comercial», términos que se han ido fijando en la retórica utilizada por el régimen comunista desde que el presidente estadunidense, Donald Trump, diese inicio a la pugna arancelaria.
En los últimos días, China amenazó a Estados Unidos a través de la prensa oficial y de los portavoces ministeriales con diversas «contramedidas» y represalias tras la ruptura temporal de las negociaciones para resolver la guerra comercial.
Excelsior