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Resto del mundo

China podría eliminar restricciones de natalidad

Un nuevo Código Civil actualmente en preparación en China no hace ninguna referencia al control de la natalidad, según un diario oficialista, por lo que Pekín parece prepararse para eliminar por completo las restricciones al número de niños que las parejas pueden tener, tras cuatro décadas de drástica planificación familiar.

Preocupado por el envejecimiento de su población, el gigante asiático abandonó oficialmente a fines de 2015 su política del «hijo único». Desde entonces, todas las parejas casadas pueden tener un segundo hijo, pero no más.

Sin embargo, el borrador del Código Civil en preparación ya no contiene la menor mención al control de la natalidad, según informó este lunes el Jiancha Ribao, un diario jurídico oficial.

Este nuevo Código Civil sería aprobado en una votación prevista para 2020 en el Congreso Nacional del Pueblo, cámara del registro legislativo del régimen comunista chino.

El Partido Comunista comenzó a imponer la «política del hijo único» en 1979 para frenar la expansión demográfica en el país más poblado del mundo.

Esta política se aplicó a golpe de abortos forzados, multas y esterilizaciones, lo que provocó desequilibrios inesperados: envejecimiento de la población y la disminución de la proporción de mujeres, puesto que muchas familias prefieren tener un varón.

No obstante, antes del cambio de esta política en 2015, 50 millones de mujeres ya gozaban del derecho a tener dos hijos, puesto que se hacían excepciones para minorías étnicas, familias del medio rural cuyo primer hijo era una niña, y, más recientemente, a las parejas en las cuales al menos uno de sus miembros era hijo único él mismo.

Pero la nueva ley sigue sin dar los frutos esperados: el número de nacimientos cayó en 2017.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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