Las autoridades de Tallin, capital de Estonia, decidieron cerrar cada noche de abril una carretera para que miles de ranas y sapos puedan cruzarla y llegar a sus áreas de cría sin correr peligro de ser atropellados por los vehículos, reporta Reuters.
Tiempo atrás, numerosos voluntarios se encargaban de transportar a los anfibios en el cruce de las autovías durante la primavera, con lo cual llegaron a salvar alrededor de 97.000 animales en años previos, incluyendo a 2.000 especímenes en 2020. Este año, las medidas restrictivas impuestas por causa del coronavirus han impedido proporcionar tal tipo de asistencia. Por tanto, el cierre temporal de las carreteras ha sido la única forma de asegurar que las ranas y los sapos lleguen a sus zonas de reproducción.
«Las ranas estaban aquí antes que la carretera. Ahora los estanques donde se reproducen están a un lado de la vía y su lugar de hibernación está al otro. Así que se ven obligadas a cruzar», explicó Kristel Saarm, una voluntaria del Fondo Nacional de Estonia.
Entretanto, las autoridades capitalinas barajan la posibilidad de construir un túnel por debajo de la vía clausurada, con el fin de facilitar a los anfibios el cruce de la zona peligrosa, o de instalar un estanque en el lado donde crían e hibernan, según informó Oleg Siljanov, un funcionario local.