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México

Ciudad de México: a punto de ser la entidad 32

El Distrito Federal está a un paso de convertirse en el estado 32 de la República mexicana, luego de que la Cámara de Diputados aprobó el miércoles la reforma política de la capital del país, con lo que se da paso a una nueva composición de gobierno.

«Ciudad de México» será su nombre oficial tan pronto como el Senado y por lo menos 17 congresos estatales ratifiquen la reforma, la ciudad contará por primera vez con una Constitución propia y un Congreso, además de que sus delegaciones se transformarán en demarcaciones con un alcalde en el gobierno.

Por 329 votos a favor y 53 en contra, así como una abstención, la Cámara de Diputados también aprobó la reforma que crea la entidad federativa que mantendrá la sede de los Poderes de la Unión, la mayor transformación de autonomía desde la apertura de elecciones locales de 1997.

Estos son los principales cambios aprobados por el Congreso, los cuales deberán ser ratificados por la mayoría de los congresos locales y publicados por el presidente en los próximos meses.

Entidad, no estado

La Ciudad de México no tendrá la denominación de “estado”, sino que será una “entidad” más de la República Mexicana, según la nueva redacción del artículo 43 de la Constitución.

La capital sigue siendo la “sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos”, y la única forma en que podría convertirse en estado es si los poderes federales se trasladan a otro lugar.

El gobernante seguirá siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Constitución

La Constitución federal en su artículo 122 detalla la nueva forma de gobierno de la capital, la cual por primera vez permite a la ciudad tener su propia Constitución.

Para su redacción, el Jefe de Gobierno se encargará de enviar la propuesta a un Congreso constituyente que será electo en un 60% por los ciudadanos en las elecciones del 5 de junio de 2016.

El Congreso constituyente

Habrá 100 diputados en una Asamblea Constituyente que se instalará el 15 de septiembre de 2016. La nueva Constitución de la Ciudad de México debe estar aprobada el 31 de enero de 2017.

Los habitantes de la capital podrán votar a 60 diputados por el principio de representación proporcional (plurinominales), pero también podrá haber candidatos independientes.

Catorce integrantes más serán senadores electos por su cámara, y otros 14 diputados por su contraparte. Otros seis diputados constituyentes serán nombrados por el presidente, y seis más por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Jefe de Gobierno

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México estará seis años en el cargo. Ya no podrá ser removido por acuerdo del Senado, como decía la Constitución hasta ahora.

La seguridad pública de la Ciudad de México recaerá en la responsabilidad del Jefe de Gobierno, por lo que podrá “nombrar y remover libremente” a los servidores públicos como el procurador y el secretario de Seguridad Pública.

Pero queda bajo derecho del presidente remover a los mandos cuando haya “causas graves”.

Impuestos y gasto

La reforma marca que corresponde al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México proponer a su nuevo Congreso local «las cuotas y tarifas aplicables a impuestos, derechos, contribuciones de mejoras y las tablas de valores unitarios de suelo y construcciones que sirvan de base para el cobro de las contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria».

El proyecto de presupuesto deberá ser aprobado por el Congreso de la Ciudad de México.

Diputados del Congreso

Los diputados locales tendrán cargos de tres años, pero podrán ser reelectos hasta por cuatro periodos consecutivos. Ahora el Congreso local podrá votar las reformas a la Constitución que haga el Congreso federal.

Podrán proponer leyes al Congreso federal, lo que hasta ahora no tenían facultado.

Las demarcaciones

Las 16 delegaciones políticas actuales se convertirán en demarcaciones territoriales a partir de las elecciones de 2018.

Estarán bajo la administración de un alcalde y un concejo, los cuales serán electos por votación universal por un periodo de tres años.

La reforma prevé que los concejos estén integrados con entre 10 y 15 miembros, en proporción al número de habitantes de la localidad.

Fuente CNN Expansion

México

‘México no es democrático ahora’: Ernesto Zedillo crítica el gobierno de Sheinbaum

Ernesto Zedillo cuestionó las políticas de Claudia Sheinbaum y afirmó que México no es actualmente el país más democrático del mundo.

Ciudad de México.- En el marco del Seminario de Perspectivas Económicas 2025, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el expresidente Ernesto Zedillo reflexionó sobre el panorama político y democrático que atraviesa la República Mexicana.

En el evento, afirmó que, aunque el país está enfrentando desafíos importantes, estos momentos también deben verse como una oportunidad para lograr avances hacia una democracia más sólida y funcional.

Zedillo contrastó sus ideas con una declaración reciente de la presidenta Claudia Sheinbaum, en la cual aseguraba que “quizá México sea el país más democrático del mundo”.

El expresidente señaló al respecto: “No es el país más democrático del mundo ahora”, pero si esa es su aspiración, y es una en la que estoy seguro, todos los mexicanos la respaldaríamos con gran entusiasmo.

Nuestra presidenta, que haga lo necesario para que, efectivamente, cumpla con lo dicho en su declaración y sea incluso una mejor democracia que hoy, y mucho mejor de lo que ha sido en estos últimos meses”.

Durante su intervención, el exmandatario lanzó fuertes críticas al actual gobierno morenista, calificando como preocupante el proceso de debilitamiento de las instituciones democráticas.

Aseguró que el país no debe transformarse en una “autocracia de partido hegemónico” ni depender de un “caudillo” con poder absoluto desde la presidencia.

Entre sus propuestas, Zedillo sugirió que se incluyan artículos transitorios en la Constitución para pausar las recientes reformas que, en su opinión, amenazan la democracia y el Estado de derecho.

Propuso, además, eliminar la figura de revocación de mandato, calificándola como una “barbaridad” que carece de sentido en un sistema presidencialista.

Finalmente, instó a Sheinbaum a gobernar con autoridad y bajo las reglas democráticas para fomentar la unidad nacional y reconstruir las instituciones que, aunque imperfectas, sostuvieron la democracia en México en las últimas décadas

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