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Ciudad Juárez casi triplica la tasa de homicidio doloso entre octubre de 2016 y julio de 2021: Ficosec

Ante las declaraciones emitidas por el exgobernador del Estado de Chihuahua, Javier Corral Jurado en la rueda de prensa del día de ayer, descalificando a Ficosec por la información que dimos a conocer sobre el balance de su administración en materia de seguridad, nuestra organización aclara lo siguiente:

1. Se manifiesta un desconocimiento y la ausencia de un análisis a detalle de la evolución de la tasa de homicidios en Ciudad Juárez por parte del exgobernador. Los datos que publicamos comparan la tasa anual al mes de Octubre de 2016, fecha en que el Gobernador Javier Corral tomó protesta, contra la tasa anual al mes de Julio de 2021, que es el último dato oficial publicado para el gobierno de Corral.

2. Ficosec obtiene sus datos de la propia fuente gubernamental, por lo tanto no puede existir falsedad, como fue dicho por el exgobernador. Mes a mes, la Fiscalía General del Estado reporta los delitos al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), quien cada día 20, publica los datos de todo el país. Los informes del SESNSP son públicos y abiertos al escrutinio de la ciudadanía. No contamos con otra fuente más que la oficial.

3. Sostenemos que de acuerdo a los datos oficiales del SESNSP, en Ciudad Juárez la tasa de homicidios durante la administración que ha concluido casi se triplicó. La tasa anual al mes de Octubre de 2016 fue de 30.1 homicidios por cada 100 mil habitantes; la tasa anual a julio de 2021 con datos reportados por la Fiscalía General del Estado al SESNSP es de 84.3homicidios por cada 100 mil habitantes. Casi el triple que cuando tomó protesta. No existe falsedad en nuestra información, dado que es procesada de fuentes del propio gobierno estatal.

4. Reiteramos, como dice nuestro comunicado, que «resulta relevante realizar un balance en materia de seguridad y procuración de justicia de la actual administración; no con el ánimo de señalar o golpear políticamente a ningún actor, sino para contar con elementos para el análisis de los resultados con el fin de no repetir las prácticas que no son efectivas y para reconocer y dar continuidad a las buenas prácticas. El análisis servirá de línea de base para la administración entrante.»

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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