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México

CJNG construye un imperio de contrabando de combustible con apoyo de empresas extranjeras y funcionarios mexicanos

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Una investigación de Reuters reveló que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha establecido una red transnacional de contrabando de combustible que involucra a empresas estadounidenses, buques extranjeros y complicidades dentro de instituciones mexicanas, en lo que las autoridades han calificado como un “huachicol fiscal” de dimensiones multimillonarias.

El 8 de marzo, el buque petrolero Torm Agnes arribó al puerto de Ensenada con casi 120 mil barriles de diésel, pese a que el recinto carece de la infraestructura necesaria para manejar hidrocarburos inflamables. Camiones cisterna esperaban en el muelle para cargar el combustible mediante mangueras improvisadas, en una operación que, según fuentes de seguridad, fue dirigida por operadores del CJNG con apoyo de la empresa estadounidense Ikon Midstream.

La compañía con sede en Houston habría comprado el diésel en Canadá, lo declaró falsamente como lubricante y lo entregó a una empresa mexicana llamada Intanza, identificada por autoridades como una fachada del cártel. Los registros portuarios consultados por Reuters confirman que Ikon Midstream realizó al menos cinco envíos similares en 2025 a puertos mexicanos, principalmente a Tampico, utilizando la misma estrategia para evadir el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS).

El valor estimado del cargamento era de 12 millones de dólares, pero al ser declarado como lubricante se evitó el pago de casi siete millones en impuestos. Funcionarios de ambos países aseguran que este tipo de maniobras han permitido a los grupos criminales apropiarse de hasta un tercio del mercado mexicano de diésel y gasolina.

El caso del Torm Agnes es solo una pieza de una red más amplia que también involucra el contrabando de crudo robado a Pemex y su venta en Estados Unidos con ayuda de importadores corruptos. Según el Departamento del Tesoro estadounidense, el CJNG ha convertido el combustible ilegal en su principal fuente de ingresos fuera del narcotráfico.

La magnitud del esquema ha provocado un escándalo en México, salpicando incluso a la Secretaría de Marina, responsable de los puertos. En marzo pasado, la captura del buque Challenge Procyon en Tampico llevó a la detención de 14 personas, entre ellas exfuncionarios de aduanas y mandos navales, acusados de participar en operaciones de contrabando.

Desde octubre de 2024, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha decomisado más de 500 mil barriles de combustible ilícito, aunque las pérdidas fiscales por el contrabando se estiman en cerca de cuatro mil millones de dólares anuales. Las investigaciones apuntan a una red compleja donde confluyen crimen organizado, evasión fiscal y corrupción institucional, con el CJNG al mando de un imperio energético paralelo que opera a ambos lados de la frontera.

México

Ganaderos alertan que controles por plaga del gusano barrenador encarecerán la carne

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Ciudad de México.- Productores de ganado advirtieron que las medidas implementadas por el Gobierno tras la declaratoria de emergencia nacional por la presencia del gusano barrenador han derivado en una sobrerregulación que está afectando de manera directa el suministro de carne en el país. De acuerdo con el sector, estas disposiciones ya generan incrementos en costos de operación, complicaciones logísticas y presiones en los precios finales al consumidor.

La Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino informó en un comunicado que reconoce la gravedad de la plaga y mantiene su compromiso con la sanidad animal. Sin embargo, señaló que la multiplicación de retenes federales y estatales, así como los nuevos requisitos derivados de la emergencia, han creado un escenario de sobrecontrol que está frenando el movimiento regular de reses en territorio nacional.

La organización explicó que el ganado movilizado desde entidades del sur hacia los centros de engorda ubicados en el norte enfrenta aumentos significativos en los tiempos de traslado. Detalló que el recorrido, que antes se realizaba en alrededor de 20 horas, ahora puede extenderse hasta 32 horas, además de esperas superiores a 18 horas en puntos de inspección para cumplir los tiempos posteriores a la aplicación obligatoria de antiparasitarios.

A esto se suman retenes estatales adicionales que duplican las inspecciones federales. La asociación advirtió que los retrasos, la repetición de procedimientos y las múltiples maniobras de carga y descarga impactan el bienestar animal y elevan el riesgo de heridas que podrían convertirse en focos de infestación.

El sector ganadero insistió en que la actual dinámica regulatoria está generando efectos inmediatos en la cadena de suministro y reiteró la necesidad de ajustes que permitan mantener el control sanitario sin afectar la operación productiva.

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